24/12/2021
Hoy es un día que me transporta a la niñez, ¿Será que mi mamá ya me compró el regalo? Siempre lo supe, a pesar que ella me decía que el Niño Jesús dejaba los obsequios a las 12 de la noche siempre y cuando los niños duerman. Creo que ni un día del año quería dormir tan temprano.
Y si, el 25 en la mañana debajo de la cama estaba el obsequio.
No recuerdo tantas decoraciones o quizás ninguna, pero si la sensación de felicidad de juntarnos con los primos y disfrutar de nuestros obsequios.
Cada persona tiene su historia, en el transcurso de los años muchas vivencias podemos experimentar y por supuesto no todas son buenas experiencias. Es más, éstos dos últimos años más de una familia habremos vivido pérdidas irreparables que poco o nada dejará el deseo de disfrute y celebración.
Aún con todo eso, es importante recordar que nuestro Padre celestial un día como hoy nos hizo el regalo más valioso para él, nos dio a Jesús, quien vino a este mundo a enseñarnos tantos valores, solidaridad, gratitud, perdón, humildad, AMOR, etc. Valores difícil de practicar -yo lo sé-, somos imperfectos, cometemos tantos errores, pero siempre , siempre podemos tener un nuevo nacimiento en nuestros corazones, dejar atrás tanta desdicha, soltar el dolor, para darnos la oportunidad de vivir bien, de cumplir nuestro propósito o sentido de la vida, muchos ya sabrán a qué me refiero... si exacto... y ¿Por qué no? “LA FELICIDAD”.
Cuando me lo preguntan, éste será siempre mi mayor propósito, ser felices: ese el deseo de todo padre para su hijo.
¡Vamos por ese renacimiento!, ¡vamos a darnos la oportunidad!. Comencemos por el amor propio, porque solo así estamos en capacidad de dar a los demás, vamos a perdonarnos, aceptarnos y autocorregirnos; y, por último, y no menos importante, vamos a doblar rodillas ante nuestro Padre para agradecer y pedir por sabiduría, por fortaleza y sobre todo por nunca perder la esperanza que vendrán días mejores.
Mi deseo para todos ustedes es que la gracia divina del Padre descienda sobre su cabeza y alivie todo mal que les agobia.
Dios me los bendiga, un abrazo fraterno.
Feliz Navidad
Psic. A. Johana García Ferrín