23/10/2022
Mientras Taksim me explora en encuentro normal, llamemosle una interacción no adiestrativa, ni educativa, lo intentaré explicar otra vez:
Para muchas personas Domar tiene que ver con domesticar ( hacer doméstico) ya que consideran que domar viene de domus (casa).
Para eso es la Doma: es un proceso por el cual se termina de convertir al caballo en un individuo que acepta el uso que la domesticación le ha asignado. Pero no basta con que el caballo nazca cerca de los humanos, sino que debe ser sometido a través de la doma, para que se lo pueda usar en los fines con los cuales se lo cria. A ese proceso de sometimiento psíquico y físico, se le llama amansar, domar, desbravar entrenar, etc.
En el caso de los caballos cuyos amos prefieren que tengan otro tipo de uso: por ej como mascota, compañero, guía espiritual u otras desempeños en que no se necesite vulnerar de manera constante la integridad física del animal se pueden utilizar otras metodologías, estas por lo general son consideradas mas educativas, aunque cumplen una funcion similar a las domas.
El entrenamiento, la doma y otros modos similares de relacionarnos, nacen a partir del momento en que comenzamos a domesticar a los animales y se desarrollan en ese sentido principalmente.
Dicho de otra manera, hasta el día de hoy lo que hemos intentado principalmente es preparar a los animales en función de los roles que culturalmente les hemos asignado. ¿Se han percatado de eso? Con los caballos hacemos eso cuando le llamamos educación a la doma y al entrenamiento. Lo mismo ha venido ocurriendo con el entrenamiento de los perros en maneras que pasan más desapercibidas, en comparación con un caballo o un animal de circo.
La simbiosis entre entrenamiento y rol asignado culturalmente a un animal esta a la vista en los modelos de educación canina o de domas y entrenamiento alternativo de caballos y otros animales. A medida que los tiempos se modernizan, los roles van mutando y emergen nuevas asignaciones a la animalidad, dando lugar a modelos “educativos” que responden a esa demanda: el caballo de tiro se convierte en el caballo de terapia o de tricktraining y agility, lo mismo ocurre con el perro. La realidad es que por más que los ingredientes aversivos y los castigos se vayan remplazando por premios, palmaditas, descansos, o chuches, la esencia del problema sigue estando ahí. A veces es difícil seguir justificando lo injustificable, haciendo apología de propuestas que sólo aportan herramientas mas empáticas al servicio de la sujeción y la servidumbre. Un verdadero despertar de la consciencia en la liberación animal, requiere de cambios profundos en la tarea de dialogar con otros animales, en busca de real coexistencia.
David Castro
Foto Tomas Cortes Berisso