24/11/2025
Las visiones psicodélicas no aparecen porque estés “recibiendo” algo externo, sino porque cambia la forma en que tu cerebro procesa la realidad. Desde la neurociencia, lo que ocurre es que los psicodélicos reducen la actividad del sistema que mantiene tu identidad, tus filtros y tu narrativa interna (RED NEURONAL POR DEFECTO). Cuando ese sistema se flexibiliza, el cerebro deja de operar en modo automático y empieza a comunicar regiones que normalmente no interactúan.
Esa hiperconexión permite que memorias, emociones, arquetipos y patrones sensoriales se mezclen y se expresen en forma de imágenes, símbolos o escenas intensas. No es que “vengan de afuera”; es que se vuelven visibles capas que siempre estuvieron dentro, pero inaccesibles.
Este fenómeno sugiere que la mente humana no está confinada a lo que percibimos en el día a día. La experiencia ordinaria es sólo un recorte de una realidad interna mucho más amplia, y los psicodélicos funcionan como un reordenamiento de la atención que permite acceder a información inconsciente, emocional, instintiva y simbólica. No estás captando universos ajenos: estás entrando en regiones profundas de tu propia consciencia que normalmente no tienes la capacidad de sostener.
Desde la física cuántica en un sentido riguroso, no fantasioso, lo único que podemos afirmar es que la percepción no es un reflejo pasivo del mundo, sino una construcción activa. El observador influye en cómo se organiza la información. En un estado psicodélico, ese “observador interno” cambia por completo: su modo de ordenar, interpretar y dar sentido se expande y se flexibiliza. Por eso la realidad parece distinta: no cambió el mundo, cambió el punto desde el que lo observas.
En resumen, las visiones no son señales externas ni portales mágicos: son el resultado de un cerebro más libre, una mente menos rígida y un observador interno que deja de funcionar en piloto automático. Lo que ves en esos estados no es otra realidad: es tu realidad profunda, revelándose sin filtros. 🍄🍄👁️👁️