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🌎 | La Salud Mental es un derecho.
🫂 | Servicios psicológicos profesionales accesibles.

22/10/2025

Nos falta gremioooooooooooo 😩

(¿quién para?)

17/10/2025

Para los que quería que digamos “algo” más ☝🏽

Sí, seguimos en la apolítica.

01/10/2025

No hay forma de suavizarlo: en este paro ya contamos mu***os, heridos y desaparecidos.

Y sí, es cierto, el paro duele. Duele cuando la violencia se desborda, cuando la represión se convierte en norma, cuando las decisiones se toman con la fuerza y no con el diálogo.

Pero, ¿y nuestra indiferencia? Sí, esa también duele.

Duele en silencio, cuando miramos para otro lado, cuando reducimos todo a un “no me afecta porque estoy lejos” o “que protesten sin bloquear las calles”. Duele cuando el dolor de otros nos resulta ajeno, como si no formara parte del mismo país que habitamos.

La indiferencia es cómoda. Es quedarse en casa opinando desde la distancia, es exigir paz sin justicia, es condenar el desorden sin reconocer sus causas. Es lo que permite que el poder siga actuando sin límites, mientras la sociedad se acostumbra al miedo y al silencio.

El paro duele, la indiferencia también. Una por acción, la otra por omisión. Y entre ambas, quienes terminan pagando son los de siempre: la gente común, las familias que lloran a sus hijos, los pueblos que siguen olvidados, las comunidades que resisten aunque nadie las mire.

Por eso, la pregunta que deberíamos hacernos no es solo cuánto más va a dolernos el paro. La verdadera pregunta es: ¿cuánto más vamos a soportar la indiferencia?

Porque mientras sigamos eligiendo callar, este país nos seguirá doliendo.

✍🏽:

24/09/2025

Resistir es igual a Salud Mental.

La injusticia social también nos moviliza como comunidad.

17/09/2025

Se vale soñar, ¿no?

Ojalá algún día.

10/09/2025

Nos costó escribir esta publicación,

pero era la única manera.

28/08/2025

Este domingo saldremos a correr en la .

Miles de personas corriendo por la paz, la seguridad y el deporte. Y detrás del trabajo enorme —y del admirable empuje de .sinapsis— un mensaje claro: resistir.

Resistir la tentación de una sociedad egoísta que nos invita a mirar a otro lado cuando alguien nos necesita.
 Resistir la apatía cuando nos llaman a una causa que también nos compromete.
 Resistir el silencio de nuestros líderes: su tibieza y sus pocas ganas de moverse cuando exigimos derechos.
 Resistir el estigma, la desinformación, la pseudociencia y la práctica poco ética.
 Resistir el desafío mayor: convertir la Salud Mental en un derecho para niños, niñas, jóvenes y adultos; abuelitas y abuelitos, docentes y albañiles; para el vecino de la tienda, el joven huaorani del Oriente y el hermano que llegó de otra tierra.

Resistir diez kilómetros. Descansar. Levantarse con ganas de recorrer mil más y gritarle al mundo que la Salud Mental importa, que es un derecho y que todavía hay esperanza.

Correr es resistir.
 Y este domingo corremos.

Seguimos,

✍🏽:

22/08/2025

Qué vivan los DECE,

y los abrazos que sostienen la educación, ¿verdad, .ec? 🫂

14/08/2025

Feliz día colegas,

y gracias por la iniciativa 🏋

09/08/2025

¡Primera salida comunitaria! 🚌

Nos vemos mañana en Pacto, para un cineforo y mapeo comunitario.

07/08/2025

Doce mil gracias comunidad.

01/08/2025

No me alcanzan los dedos de las manos para contar las veces que le he escuchado a mi papá decirme:
“Da igual lo que hagan los de arriba, sea como sea, mañana hay que trabajar.”

Y sí, no quiero quitarle la razón.
Mañana, pasado, el lunes que entra. Lo sé.
Lo haré, papá.
Lo haré, pero
lo haré sin quitarme de la mente que siempre podemos esperar más.

Si no vives bajo una roca, estarás al tanto de la coyuntura nacional.
Y si tienes, al menos, una fibra sensible, te habrás —como mínimo— cuestionado lo que está pasando.

Más de 5.000 despidos, 12 entidades públicas eliminadas o fusionadas,
cientos de proyectos sociales, ambientales y culturales en veremos.
Muchas dudas. Contadas certezas.

Y no, la intención de este texto no es alabar ni criticar las medidas del gobierno.
En lo personal, estoy preocupado.
La reducción del aparato encargado del desarrollo social del Estado es un retroceso.

Pero vamos más allá. Ya pasó. ¿Y ahora?

Ahora es momento de hablar del ministerio que no se puede cerrar:
el Ministerio de la esperanza.

Ese que no sale en los titulares, pero que se mantiene abierto mientras existan personas que creen que otro país es posible.
Ese que no recorta personal, porque su personal somos todos los que, a pesar del cansancio, seguimos apostando por la salud mental, la cultura, la inclusión, la educación y la vida digna.

El Ministerio de la Esperanza no tiene oficinas.
Tiene calles, aulas, barrios, talleres, consultas, comedores comunitarios, ferias, parques, redes.
No tiene ministro, pero tiene voceras, psicólogos, profes, artistas, campesinas, madres, migrantes, estudiantes.
Tiene pueblo.

Sí, se cerraron ministerios.
Pero hay uno que no podrán clausurar: el que habita en cada persona que decide no rendirse.

Hoy más que nunca, es urgente que ese ministerio reciba presupuesto emocional.
Que se fortalezca con acción colectiva y mucha convicción.

Porque aunque mañana haya que trabajar, también hay que construir.
No desde una esperanza ingenua, sino desde la que arde y se mueve.

Seguimos,

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Avenida La Prensa Y Argentinos
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060107

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