11/12/2025
A lo largo de la vida, las articulaciones sufren un desgaste debido a posibles defectos musculoesqueléticos o genéticos, enfermedad (artritis), obesidad, lesiones, uso excesivo (deportivo o laboral) o al proceso natural de envejecimiento.
Dejando aparte los procesos artríticos, la artrosis (proceso crónico degenerativo que produce la alteración destructiva de los cartílagos de las articulaciones) tiene una alta prevalencia. Esta enfermedad es más frecuente en mujeres que en hombres y sobre todo aumenta el riesgo de sufrirla a partir de los 50.
Por otra parte, aunque es innegable que la práctica del deporte disminuye el riesgo de presentar obesidad, enfermedades cardiacas, metabólicas y osteoporosis, a la vez que mantiene la musculatura fuerte y flexible, también conlleva con el tiempo un desgaste en las articulaciones. Por ejemplo, en un corredor, las articulaciones de las rodillas, la columna vertebral y los tobillos son las más afectadas al recibir continuos impactos, o en un jugador de tenis, suele producirse un desgaste de las articulaciones de los codos.
Las lesiones articulares más frecuentes son las que afectan a los cartílagos y los tendones.