Clases de yoga en Albacete. Aumenta tu flexibilidad, fortalece tus músculos y termina el día lleno de energía con una sonrisa de oreja a oreja!
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Empecé a practicar yoga hace diez años en casa, con un DVD que parecía sacado de los años 80. Comencé a ir a una clase semanal, pero pasaron años hasta que yoga se convirtió en un pilar en mi vida. Como para muchas personas, esto pasó durante un momento complicado. En mi esterilla encontré un sitio donde desconectar del mundo exterior y conectar con mi cuerpo. Descubrí que era capaz de hacer más de lo que yo esperaba, y pensé: ¿Cuántas cosas hay en mi vida diaria que creo que no puedo hacer y a lo mejor sí puedo?
Después de muchos años yendo a clase, practicando en casa y usando mis vacaciones para ir a retiros de yoga por el mundo, el año pasado decidí tirarme a la piscina y formarme como profesora con Yoga Quota, una organización en Oxford, Reino Unido, donde he vivido durante 14 años. Yoga Quota existe para hacer el yoga accesible a todos, y sobre todo acercarlo a aquellas personas que tienen problemas de salud física o mental.
Creo que yoga es para todos, cualquiera que sea nuestra condición física, mental o emocional. Siempre hay formas de adaptar posturas y secuencias para todos. Como dice Krishnamacharya, uno de los padres del yoga, “si puedes respirar, puedes hacer yoga”.
Los dos estilos estilos que más me gusta practicar son el yoga dinámico (Vinyasa Flow), sobre todo al ritmo de la música, y Yin Yoga. Las secuencias de posturas en vinyasa son dinámicas, fluidas, y tonifican el cuerpo al mismo tiempo que ayudan a estar más presente. Me encanta crear clases en las que salgas lleno de energía y con una sonrisa de oreja a oreja. En yin encontramos tiempo y espacio para escuchar a nuestro cuerpo, para ralentizar nuestro vertiginoso ritmo. Los dos me aportan cosas distintas y me encanta poder compartirlo con quien viene a clase.