05/12/2025
• El artículo, basado en un reciente estudio con datos del UK Biobank (2007–2023), concluye que una ingesta alta de proteínas — definida como ≥ 1,8 g/kg de peso corporal/día — se asocia con un mayor riesgo de eventos cardiovasculares adversos mayores (MACE) en adultos.
• Específicamente, las personas con dieta alta en proteínas presentaron un 73 % más de riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular y un 43 % más de riesgo de insuficiencia cardíaca en comparación con quienes consumían menos proteínas.
• Se observó además que esa relación perjudicial era especialmente evidente en participantes de más de 55 años — en ese grupo, la alta ingesta proteica asoció un 36 % más de riesgo de MACE; la asociación no se detectó en menores de 55 años.
🔎 Qué aportan los autores como posibles explicaciones
• Una hipótesis es que una ingesta alta de proteínas puede aumentar los niveles de aminoácidos de cadena ramificada (AACR), lo que podría elevar la inflamación, estrés oxidativo y activar vías celulares (como la señalización de mTOR en macrófagos) que favorecen la enfermedad cardiovascular.
• También mencionan que en la cohorte se observó un mayor riesgo de enfermedades respiratorias crónicas (como EPOC), lo que podría contribuir indirectamente a un mayor riesgo de problemas cardíacos.
📌 Interpretación y recomendaciones
• Los resultados plantean la necesidad de evaluar la ingesta proteica de forma individualizada, sobre todo en personas mayores de 55 años, ya que lo que para algunos puede ser beneficioso (por ejemplo, para mantener masa muscular) podría implicar un riesgo cardiovascular aumentado.
• Los autores subrayan que las recomendaciones tradicionales (0,8–1,0 g/kg/día) se mantienen, y sugieren mantener un límite razonable — aunque no necesariamente restringir radicalmente — cuando no hay una necesidad especial de proteína.
• Para quienes realmente necesitan un aporte proteico mayor (por ejemplo, personas mayores con riesgo de sarcopenia, pérdida muscular o con enfermedades crónicas), hay que “balancear” ese beneficio muscular con el potencial riesgo cardiovascular.
• El artículo, basado en un reciente estudio con datos del UK Biobank (2007–2023), concluye que una ingesta alta de proteínas — definida como ≥ 1,8 g/kg de peso corporal/día — se asocia con un mayor riesgo de eventos cardiovasculares adversos mayores (MACE) en adultos.
• Específicamente, las personas con dieta alta en proteínas presentaron un 73 % más de riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular y un 43 % más de riesgo de insuficiencia cardíaca en comparación con quienes consumían menos proteínas.
• Se observó además que esa relación perjudicial era especialmente evidente en participantes de más de 55 años — en ese grupo, la alta ingesta proteica asoció un 36 % más de riesgo de MACE; la asociación no se detectó en menores de 55 años.
🔎 Qué aportan los autores como posibles explicaciones
• Una hipótesis es que una ingesta alta de proteínas puede aumentar los niveles de aminoácidos de cadena ramificada (AACR), lo que podría elevar la inflamación, estrés oxidativo y activar vías celulares (como la señalización de mTOR en macrófagos) que favorecen la enfermedad cardiovascular.
• También mencionan que en la cohorte se observó un mayor riesgo de enfermedades respiratorias crónicas (como EPOC), lo que podría contribuir indirectamente a un mayor riesgo de problemas cardíacos.
📌 Interpretación y recomendaciones
• Los resultados plantean la necesidad de evaluar la ingesta proteica de forma individualizada, sobre todo en personas mayores de 55 años, ya que lo que para algunos puede ser beneficioso (por ejemplo, para mantener masa muscular) podría implicar un riesgo cardiovascular aumentado.
• Los autores subrayan que las recomendaciones tradicionales (0,8–1,0 g/kg/día) se mantienen, y sugieren mantener un límite razonable — aunque no necesariamente restringir radicalmente — cuando no hay una necesidad especial de proteína.
• Para quienes realmente necesitan un aporte proteico mayor (por ejemplo, personas mayores con riesgo de sarcopenia, pérdida muscular o con enfermedades crónicas), hay que “balancear” ese beneficio muscular con el potencial riesgo cardiovascular.
⚠️ Contexto y matices
• No hay consenso total: aunque este estudio observa riesgo con ingestas altas, otros estudios previos habían reportado efectos favorables o neutros de dietas altas en proteínas en algunos parámetros de salud.
• Además, el riesgo parece influido por la edad: el problema aparece más claramente en mayores de 55 años, lo que sugiere que la edad y quizá otros factores de salud podrían mediar la relación.
CODINCAM
Fuente: Diario Nutrición