03/12/2025
Hoy es el Día Mundial de la Diversidad Funcional,
y aun así, quienes convivimos cada día con la diferencia
sabemos que no cabe en una fecha lo que se respira,
lo que se sostiene y lo que se lucha los trescientos sesenta y cinco días del año.
No es un día de celebración,
es un día para reconocer:
una pausa para que el mundo recuerde lo que para tantas personas es constancia,
es piel, es camino.
La diversidad no es un paréntesis, es una forma distinta —y plena— de recorrer la vida.
Un ritmo único,
un lenguaje que muchos aún no comprenden,
pero que vibra hondo en quienes lo viven.
Hoy el mundo mira, por fin,
pero nosotros miramos siempre:
en las madrugadas pesadas,
en los cuerpos que resisten,
en las manos que sostienen,
en esas batallas silenciosas, grandes y pequeñas,
que nunca salen en titulares.
Porque la verdadera celebración está en lo diario:
en cada barrera que cede,
en cada gesto que dignifica,
en cada puerta que se abre
porque alguien decidió empujarla.
Que este día no sea un destello,
sino un recordatorio.
Que sirva para que el mundo entienda
que la diversidad es semilla,
que la inclusión es camino,
y que la igualdad se teje cada día
con pasos, con voces, con vida.