07/11/2025
⏳ A veces el tiempo pasa, pero el dolor no.
Has hecho todo lo que podías para seguir adelante, han pasado meses… y, aun así, duele.
No es que no lo estés superando.
Es que hay aprendizajes que el tiempo, por sí solo, no puede borrar.
💔 Cuando una relación termina, no solo se pierde a una persona.
También se rompen rutinas, lugares, canciones, costumbres y muchos momentos del día que estaban ligados a esa historia.
Todo eso sigue ahí, y cualquier detalle puede despertar emociones intensas.
☁️ Lo más normal es intentar no enfrentarse a ello.
Evitar lugares, saltar canciones, borrar fotos, cerrar redes.
Y, al hacerlo, el malestar baja… pero solo por un rato.
Porque sin darte cuenta, tu cuerpo aprende que esas cosas son peligrosas, que mejor no acercarse.
Y así, poco a poco, el dolor se mantiene, aunque el calendario avance.
🌀 Otras veces, en lugar de evitar, intentas entender.
Dar vueltas una y otra vez a lo que pasó, a por qué se comportó así, a qué podrías haber hecho distinto.
Y aunque parece que eso ayuda, al final solo te deja más cansado, sin respuestas nuevas.
🫧 Con el tiempo, el día se llena de intentos de no sentir o de entender.
Pero ninguno calma del todo.
Por eso la herida sigue ahí, incluso cuando ya ha pasado mucho tiempo.
🌱 Y no, no es debilidad.
Es una reacción normal ante una pérdida importante.
Estás aprendiendo a vivir sin algo (sin alguien) que formaba parte de tu historia.
Y eso lleva tiempo.
Más que días o meses: lleva práctica, paciencia y cuidado.
💗 El tiempo pasa, pero el dolor no siempre se va solo.
Aprender a vivir con lo que duele también es avanzar.