03/12/2025
Me han dicho que debo parar, que eso de sumar kilómetros debo aparcarlo por mucho tiempo y no sé si para siempre.
No me duele que me lo diga un médico, me duele que no lo decido yo y me duele no haber hecho suficiente el último año para evitar esto o para retrasarlo unos añitos más. Eso me toca volver a aprender.
No es la primera vez que me lo dicen, tampoco es la vez que más negro me lo ponen, pero debe ser que a ciertas edades ciertas noticas “duelen diferente”.
Así que como viene siendo costumbre en mí me niego a renunciar a volver a correr y sentirme corredor, me niego a no despedirme con las bambas puestas y en una última carrera… aunque sea cortita.
Empecé a correr a escondidas y para llevar la contraria a la ciencia y al primer médico que me dijo que no volvería a correr y tal vez ni jugar al baloncesto ni hacer deporte. Aquella rabia se transformó en una sensación que me hizo creer que mis piernas eran indestructibles y que podían sumar kilómetros y llevarme más lejos de lo que nunca llegué a imaginar.
Cada vez que en mi vida ha aparecido un revés físico el running ha estado ahí para acompañarme y ayudarme a superar barreras@físicas y mentales.
Gracias a este deporte he afrontado situaciones difíciles y problemas muy serios de salud y si pienso que esta vez también será así se hace más llevadero el diagnóstico del puñetero menisco.
El deporte me ha enseñado que la forma de llegar lejos es ir paso a paso… así vamos a empezar y veremos donde llego.
Si he podido hacer miles de km durante años con un menisco roto seguro que encuentro la forma de que siga llevándome lejos, siempre lejos.
No voy a retirar mis bambas… solo se toman un descanso hasta la siguiente carrera… y cuando llegue, que llegará, voy a disfrutarla como nunca.