12/11/2025
Alma es mi bendición. Así lo sentí cuando llegó a casa, y así lo sigo sintiendo.
El otro día una amiga me hizo unas fotos con Alma, y justo coincidió que era el Día del Duelo Animal. Lo viví como un guiño hacia Dana. Como si, en mi forma de amar a Alma hoy, también siguiera encontrándome con ella. Cada día.
Hoy hablaba con las mujeres de El Último Lametón sobre que no existen formas correctas de vivir un duelo. Algunas sienten que no quieren compartir su vida con otro animal, porque necesitan centrar su energía en honrar la despedida. Y otras, en cambio, sentimos que compartir la vida con otro animal, mientras seguimos transitando el duelo, puede ser un apoyo muy importante.
No hay formas correctas ni incorrectas de vivir el duelo. Lo que a unas puede ayudarnos, a otras puede entorpecerles el camino.
El caso es que hoy me di cuenta de que tengo fotos de Dana por todos lados: en las habitaciones, sobre la chimenea, en el baño, en el despacho, en mi mesita de noche… y de Alma, ni una sola.
Curioso, ¿no? No me había dado cuenta hasta hoy. Quizá una parte de mí pensaba que Alma todavía no se había ganado ese espacio en casa. Absurdo, ¿verdad? No lo sé. Porque la amo con todo mi corazón. Y es una perra tan, tan increíble… Ojalá pudierais conocerla. Es cariñosa, confía en la vida a pesar de su historia difícil. Es listísima —de verdad, es una tía muy, muy lista— y divertida a más no poder. Creo que esta primera foto representa muy bien cómo me siento junto a ella.
Así que estos días imprimiré algunas de esas fotos y las pondré junto a las de Dana. Para recordarme que todo cabe. Que vida y muerte se dan la mano constantemente. Que nuestro amor es inmenso.
Y que los duelos, a veces, pueden ser una oportunidad para que ese amor se expanda y se multiplique.
Con cariño,
Marta
Fotografías de