16/01/2025
La asertividad debe practicarse diariamente porque es un valor añadido para construir un mundo más tranquilo y en paz. Aunque cuesta estructurar nuestras palabras y pensamientos, es esencial entender que no todo el mundo comparte nuestra perspectiva ni comprenderá cómo nos sentimos. Por eso, si tengo que hablar con alguien, debo hacerlo con respeto, cautela y calma. Esto implica regular nuestras emociones, reflexionar antes de hablar y pensar en qué decimos y cómo lo decimos. Es una práctica constante que empieza desde que nos levantamos y termina al irnos a dormir.
A menudo, lo más fácil es dejarnos llevar y decir lo que pensamos sin filtros, ser "super sinceros". Sin embargo, la sinceridad sin empatía puede herir. No sabemos por lo que está pasando la otra persona ni cómo nuestras palabras pueden afectarle. Por eso, siempre debemos buscar cuidar nuestra ALMA y la de los demás. Reflexionar antes de hablar no solo protege nuestras relaciones, sino que también contribuye a generar un entorno de mayor comprensión y armonía.
Practicar la asertividad no es solo una técnica de comunicación, es un acto de amor propio y hacia los demás. Reflexiona, respeta y cuida, porque cada palabra tiene el poder de construir o destruir. ¡Transformemos el mundo desde nuestras palabras!