07/11/2025
Somos una ‘pareja rara’ me dijo, tan sólo comenzar la sesión.
Es cierto, respondí después de escuchar las condiciones exóticas que los reunían.
Una mujer de Europa del este, con un hombre mexicano. Ella 10 años mayor que él. Él asalariado en una multinacional, ella con una profesión liberal. Uno de familia pudiente, otro con unos padres campesinos. No hablaban entre ellos en su lengua materna: lo hacían en inglés. Viven en Barcelona.
Ella con un carácter y un acento fuerte, él con una sensibilidad especial para la dimensión emocional. Un tono dulce.
La fortaleza de ella, entreabría una herida susceptible a unos celos irrefrenables, cuando salían e interactuaban con otras personas.
La sensibilidad de él, no sabía como contener la agresividad y la manipulación de ella, cuando entraba en esos episodios, de los que pronto se arrepentía.
Pero ya era tarde, la herida de él se abría hasta cubrirlo todo: Cuando era pequeño sufrió una violencia familiar que rozaban la crueldad.
Mi cuerpo estaba en tal sintonía con ellos, que yo mismo entré en estados de sanación espontánea.
Yo también soy una pareja rara.
Hablo conmigo en diversas lenguas, soy hijo de un ingeniero católico y una mujer hippie que vivía viajando de un lado a otro.
Y apenas hoy en día, puedo reunir dos almas familiares, que sólo dentro de mi se reconcilian.
La sensibilidad y la rigidez. El rigor y la creatividad espontánea. El sentido más profundo de libertad individual, y la renuncia a la satisfacción personal por el servicio a los demás.
Hay dos linajes de hombres y de mujeres que únicamente se pueden encontrar, verse y amarse dentro de ti.
Quizá lo quieras negar con las formalidades y el valor de lo seguro y los convenios que hemos firmado invisiblemente con ciertas lealtades familiares.
Pero tú
también
eres una pareja rara.
Jonàs Gnana
Psicoterapia Evolutiva
«Que nadie te haga dudar, cuida tu «rareza» como la flor más preciada de tu árbol.
Eres el sueño realizado de todos tus ancestros.»
~Bert Hellinger