Biko Arloak

Biko Arloak "Biko Arloak" es una expresión euskérica que significa «tareas de dos» (o también «áreas de dos» o «asuntos de dos»).

Precisamente, estos asuntos de dosson nuestra razón de ser y explican nuestra marca, nuestro compromiso y nuestra vocación.

👀¡ULTIMOS DIAS DE MATRÍCULA!👌Cuenta atrás para matricularse en la próxima edición del training. El plazo finalizará el d...
20/07/2021

👀¡ULTIMOS DIAS DE MATRÍCULA!

👌Cuenta atrás para matricularse en la próxima edición del training. El plazo finalizará el día 31 de julio. Aquellos/as interesadas/os en surfear las procelosas aguas de la terapia sexual y de pareja, aquí os esperamos.

Joserra, Ester y Pepelu

Fin de training 2020-21Se acabó la aventura. Gracias a todas por este tan gratificante trayecto. El final es el comienzo...
14/06/2021

Fin de training 2020-21

Se acabó la aventura. Gracias a todas por este tan gratificante trayecto. El final es el comienzo. Os queremos. (Un recuerdo a los ausentes en la foto)

Joserra, Ester y Pepelu.

🔘 Coito ergo sum 👉El término coito —que procede de la expresión latina: coire—quiere decir “ir con”, “estar con”, “vivir...
03/05/2021

🔘 Coito ergo sum

👉El término coito —que procede de la expresión latina: coire—quiere decir “ir con”, “estar con”, “vivir con”. Pese a su etimología, en sus usos actuales, suele hacer referencia al ayuntamiento o la cópula. En castellano los verbos ayuntar y copular significan a su vez juntar o unir. Sin embargo, cuando se habla de coito suele hacerse referencia a una sola y exclusiva forma de “ir con”, de “estar con”, de unir o de juntar. Esta es: penetrar, introducir, meter. Tampoco cualquier cosa en cualquier sitio; expresamente quiere decir: “introducir el pene en el interior de la va**na”. Cuando el sustantivo "coito" no se acompaña con adjetivo alguno, se sobreentiende que está queriendo decir: "penetración del pene en la va**na". Y se da por hecho la erección de este pene y —cada vez más, aunque no siempre— la humedad y la receptividad de esa va**na. Porque se presume un pene turgente y una va**na receptiva. Incluso, si cabe, se presupone a un hombre —que está arriba— penetrando a una mujer —que está debajo—. Esta no es exactamente la realidad, pero si es su representación.

👉El coito interge***al se ha convertido gracias a una larga influencia eclesiástica —y también médica— en la única conducta erótica legítima. Por obra y gracia de san Agustín, todo lo que no era para la generación acabó siendo degeneración. Así, el encuentro amoroso dejó de ser erótico y hedónico para convertirse en genésico; por lo tanto, sólo había una finalidad legítima (el embarazo) y sólo había un marco
adecuado (el matrimonio). Sin embargo, no es justo responsabilizar de esta constricción erótica sólo a las grandes religiones monoteístas. Por ejemplo, muchos tratados eróticos nada sospechosos de resultar eclesiales (pues fueron eclesialmente perseguidos) son, también, una colección más o menos organizada de diferentes posturas co**ales.

👉Aunque de un modo menos agresivo y disparatado desde el propio marco s**ológico se ha hecho un enjuiciamiento muy crítico de la práctica co**al. Así, ha emergido un discurso s**ológico contra el coitocentrismo. Ahora bien, conviene darse cuenta que lo combatible es el centrismo no el propio coito. En este caso, no es el coito lo que está mal o lo que es indeseable o nocivo, sino que es su obligación, su exclusividad o su monopolio. No es malo que esta cosa se haga; lo malo es que se tenga que hacer esta cosa o que no se pueda hacer otra cosa que ésta. Todo ello ha dado lugar a la siguiente pugna: o el coito lo es todo (es la finalidad y es la medida misma del encuentro erótico heterosexual) o el coito no es nada (es indeseable y ha de evitarse). Así que propendamos: o bien a un reduccionismo co**alizador de la erótica humana; o bien al prohibicionismo desco**alizador de ésta.

👉Pero yo creo que no nos conviene ni lo uno, ni lo otro. La inserción del pene en el interior de la va**na, esto es un hecho incontestable, sigue siendo la conducta erótica reina en la mayor parte de las parejas heterosexuales. Con frecuencia, si no es la única, sí es la principal, es la pretendida y es la última. De esta suerte, el resto de comportamientos eróticos, se convierten: en "sustitutivos", en "aderezadores" o en "preparativos". Pero, al final, se pretende, se busca, se prepara,...todo para que el pene se aloje dentro. Esa es una de las exigencias de lo que llamamos «Tiranía 3D»: “que Dure Dura Dentro”. En este caso, se trata del más antiguo de todos los requerimientos sexuales pues su justificación se encuentra en la historia de Onán que se narra en el libro del Génesis. Esta fijación por proponer la cópula como el único acto, como la única pauta, como el único comportamiento,... ha ido produciendo un coitocentrismo que llena el encuentro amoroso de expectativas y obligaciones que son del todo ajenas al deseo, a la excitación o al placer. El asunto ha alcanzado una dimensión tal que algunas personas piensan del siguiente modo: "soy un adulto erótico en tanto que practico el coito"; o sea, "coito ergo sum". Lo cual es, seguramente, excesivo
y esperpéntico.

👉Puede ser útil resituar esta conducta co**al en el marco global de la erótica humana. Para entendernos de una forma sencilla, los sexólogos solemos distinguir tres dimensiones teleológicas (tres finalidades) típicas de la sexualidad humana. Nos gusta decir «las tres erres» del encuentro amoroso; a saber: reproducción, recreo y relación. Lo cual, dicho en otras palabras también puede ser: hijos, placer y amor; o también: Genus, Hedoné y Eros. El coito es la única conducta erótica con potencial reproductor; en realidad, procreador. Así pues, cuando la finalidad del encuentro es reproductiva, cuando se pretenden hijos, el resto de las conductas eróticas son cuanto menos inservibles. Aunque dicho sea de paso, el coito —de sí mismo— tampoco garantiza el embarazo. Pues son necesarias algunas condiciones más para que el milagro de la vida se realice. En concreto, se requiere además del eyaculado intrava**nal que el semen
tenga una suficiente carga de espermatozoides vivos, móviles y bien formados. Se requiere, además, que muchos de éstos espermatozoides sean capaces de alcanzar la zona ampular de las Trompas de Falopio. Se requiere, también, que el ovario extraiga un óvulo maduro y preparado (ovulación) alojándolo en esta zona ampular de las Trompas de Falopio donde, en principio, va a producirse la concepción. Se requiere que los espermatozoides y el óvulo se reconozcan y que un espermatozoide (con la colaboración activa de un montón de sus compañeros) consiga introducir su carga genética en el interior de él (concepción). Se requiere, además, que este óvulo fecundado inicie la división celular y principie el viaje a través de la trompa hasta llegar al útero. Se requiere, además, que la piel interna del útero (endometrio) esté preparada para que el cigoto prenda en sus pliegues (anidación) mientras continúa su proceso de
división celular. A partir de este último suceso se inicia, propiamente, el embarazo. Que, a su vez, puede –o no- prosperar con éxito hasta llegar al parto.
Desde el punto de vista recreativo, el coito suele garantizar el orgasmo del hombre, pero no necesariamente logra el orgasmo de la mujer (recuérdese que el glande del clítoris está situado fuera de la va**na).

👉Ahora bien, con orgasmo o sin él, el coito puede ser gratificante,
placentero y divertido para ambos. Aunque a veces, conviene no olvidarlo, también pueda ser obsesivo, lesivo, insatisfactorio o doloroso; sobre todo, para la mujer. Finalmente, algunos de los requerimientos de la dimensión relacional sí pueden verse satisfechos con esta conducta, por cuanto que -comparativamente con otras- permite simbólicamente el sentimiento de "fusión" ("́sentirte dentro de mí", "sentirme dentro de ti", “sentirnos uno”, "fundirnos en un solo cuerpo"). Las personas no siempre pretendemos fundirnos con el otro, pero cuando lo deseamos, el coito nos permite una comunión corpórea especialmente íntima e intensa. Vamos que el coito da lo que da. Ni tanto, ni tan calvo. Demasiado pequeño para convertirlo en todo o en completo. Pero demasiado importante para desdeñarlo como si fuese una pequeñez o una banalidad.

🔘 Buscar y encontrar terapeuta II👉En el caso de la disfunción eréctil el problema no siempre se inicia con la propia exc...
29/04/2021

🔘 Buscar y encontrar terapeuta II

👉En el caso de la disfunción eréctil el problema no siempre se inicia con la propia excitación; pero la excitación suele verse afectada. Así pues, a veces es causa y, otras veces, es consecuencia. Si un hombre no se excita, no puede tener erección porque la turgencia del pene requiere de una excitación erótica previa. Pero también es muy común que ocurra justo al revés: que los hombres tengan problemas con la excitación con motivo de la falta de turgencia de su pene (por motivos no sexuales). De hecho, a partir de una edad, es muy común que un hombre pierda la erección por motivos vasculares; ahora sí, este hombre se agobia por esta pérdida de erección y, por ello, acaba saliéndose del juego amoroso perdiendo así toda su posible excitación (incluso contrayendo sus cuerpos cavernosos). Y, lógicamente, en esta posición de fuera de juego, no se excita ni puede excitarse; por lo tanto, no puede recuperar la erección. Ahora bien, el motivo ahora sí es la falta de excitación. Una vez que se entra en este círculo vicioso, cuesta salir de él.

👉En cuanto a las deseadas erecciones masculinas, la clínica s**ológica ha mejorado mucho gracias a los nuevos preparados farmacológicos que permiten una sensible mejora del rendimiento erectivo en todos los varones. Incluso en los que no lo necesitan o en aquellos otros que antaño tenían un mal pronóstico (hombres de edad avanzada, hipertensos, diabéticos, prostatectomizados,...). A raíz de la aparición de los inhibidores de la fosfodiesterasa es muy común su uso en terapias combinadas que suman los efectos de la tradicional Terapia sexual junto con la toma de estos nuevos compuestos químicos. No obstante, los grandes consumidores de estas sustancias son los jóvenes que no la usan como medicina sino como dopaje.

👉Respecto a la demanda por anorgasmia femenina, en la mayor parte de los casos se trata de mujeres que nunca han experimentado un orgasmo (ni solas ni acompañadas) pero que quieren lograrlo y, además, no hay ninguna razón neurológica o farmacológica que lo dificulte o lo impida. Muchas veces, la clínica de la anorgasmia es muy poco psicoterápica y se acerca más a un curso de aprendizaje de una determinada destreza o a un entrenamiento en una determinada técnica. Algo similar ocurre con la ey*******ón precoz de los varones. En uno y otro caso, la terapia Sexológica resulta muy eficaz. Además, muy nutritiva, muy estimulante, muy divertida,...

👉Los dolores en la actividad sexual son más frecuentes en la mujer que en el hombre (aunque ellos no son del todo ajenos por razones de una deficiente tracción prepucial). Buena parte de los dolores co**ales femeninos son debidos a infecciones (vaginitis, proliferación de hongos,...) que no requieren terapia sexual sino tratamiento médico. Sin embargo,
otros dolores y molestias co**ales se deben a una deficiente lubricación, o a la contracción involuntaria de la musculatura periva**nal (vaginismo). De hecho, cuando hay vaginismo la penetración es querida pero no es posible porque el espasmo ocluye la entrada de la va**na y el temor al dolor produce el espasmo.

👉Los temores, fobias y ascos sexuales, así como las consecuencias de abusos infantiles u otras secuelas de la violencia sexual, son también moneda corriente en los consultorios de los terapeutas sexuales. En este caso, son más las mujeres que los hombres. Afortunadamente, la resiliencia es una facultad humana maravillosa y somos, como el Ave Fénix, capaces de renacer de entre nuestras cenizas.

👉Además de las demandas relacionadas propiamente con el encuentro erótico y el desempeño amatorio también atendemos muchas demandas relacionadas con conflictos convivenciales de pareja; así: luchas de poder, conflicto, gestión de crisis, celos, infidelidad, etc. También asistimos a personas que, por unas u otras razones han sufrido algún atasco sexistencial que les mantiene fuera del mercado amoroso; así: timidez celibataria, egodistonías identitarias, desorientaciones respecto a la orientación sexual del deseo, etc. En la resolución de todas estas demandas aquí presentadas –y otras muchas que aquí, por razones de espacio, omitimos- la terapia sexual es un buen recurso donde pueden solventarse con bastante buen
pronóstico este tipo de dificultades. Ahora bien, parte de la bondad del recurso depende de las bondades de quién ofrece el servicio; así pues, mucho del éxito depende de la correcta elección del terapeuta. Sin embargo, ¿cómo acertar con la elección cuando no se tienen criterios para ello?

👉¿Cómo elegir correctamente al profesional en quien confiarse cuando, favorecidos por la ambigüedad legislativa y la tardía articulación académica, han aparecido personas que ofrecen servicios s**ológicos sin ninguna formación s**ológica? Es bastante difícil tener probadas referencias de la idoneidad de un terapeuta sexual, puesto que las personas que han seguido un tratamiento de este tipo, aún con éxito, no suelen comentarlo. Del mismo modo, las que han sido estafadas por un profesional intruso, inhábil o incompetente normalmente no lo denuncian. Así pues, el único criterio fiable es el conocimiento fundado de la formación académica, la experiencia profesional y las cualidades humanas del terapeuta. No es sencillo, pero dar con la persona adecuada es el primer éxito terapéutico.

🔘 Buscar y encontrar terapeuta I👉¿Cómo saber si se necesita terapia sexual? Y si se necesita ¿cómo dar con el terapeuta ...
26/04/2021

🔘 Buscar y encontrar terapeuta I

👉¿Cómo saber si se necesita terapia sexual? Y si se necesita ¿cómo dar con el terapeuta adecuado? A menudo las personas que requieren atención s**ológica especializada no saben contestarse a estas preguntas. A veces, ni siquiera son conscientes de que sus problemas sexuales pueden resolverse o mejorar muy sensiblemente. En multitud de ocasiones, dudan de que alguien pueda ayudarles en la solución de conflictos que van minando progresivamente su ánimo o su relación. No pueden compartirlos con nadie; muchas veces, ni con su propia pareja.

👉A veces, no pueden siquiera pensar en ello porque se lastiman íntimamente. Sin embargo, hay muchos padecimientos de naturaleza sexual que se solucionan bastante bien gracias a la terapia s**ológica. Los más frecuentes suelen estar relacionados con: el deseo, la excitación, el orgasmo, la satisfacción, algunas fobias, la imposibilidad o el dolor co**al, las secuelas de la violencia o del abuso sexual. Algunas personas que visitan nuestras clínicas presentan ausencia o inhibición (total o parcial) de su deseo erótico. Esto puede ocurrirles tanto a varones como a mujeres; sin embargo, es mucho más frecuente que sean ellas las que acuden a las consultas s**ológicas por este motivo.

👉A veces, el deseo nunca estuvo porque se encontró con muchos enemigos que no le dejaron crecer o avanzar; así: una educación castrante y culpabilizadora, complejos, temores, vergüenzas, etc., impiden o colapsan al deseo erótico. Muchas veces, el deseo se ha ido desgastando por la erosión convivencial (guerras familiares, luchas de poder, desavenencias, conflictos,...) o ha ido desapareciendo por razón de la insatisfacción existencial (depresión, desilusión, desamparo, tristeza,...). Otras veces, muchas, el deseo se va diluyendo en la insatisfacción amatoria de unas relaciones amorosas rutinarias e insípidas. A veces, el deseo simplemente se fue por la misma senda por la que también se fueron el amor, la intimidad, la complicidad, la proximidad o la confianza. En tales casos, las soluciones suelen encontrarse en los complejos vericuetos de la Terapia de Pareja. También son habituales en nuestras consultas las parejas cuyos deseos sexuales simplemente difieren (en el modo o en la frecuencia) dificultándose con ello la convivencia o el propio encuentro amoroso.

👉En este caso, ambos desean pero no encuentran los modos de gestionar sus deseos. Por ejemplo, ella quiere más mimos y él quiere más morbo, ella quiere más interacción y el quiere más acción, ella quiere más seducción y el quiere más abducción. Los dos problemas de excitación que más nos visitan son la denominada disfunción eréctil de los varones –esto es, la ausencia de erección o la pérdida de la misma- y la denominada anorgasmia femenina. No obstante, también nos visitan varones que no pueden eyacular intrava**nalmente durante el coito. Estas tres demandas son diferentes pero tienen un denominador común: por unas u otras razones, no se alcanza el suficiente nivel de excitación. (Joserra Landa)

🔘 Emisión y cierre (1° parte)👉Durante milenios, los varones han sido el centro de todo y su modo de mirar se ha converti...
15/04/2021

🔘 Emisión y cierre (1° parte)

👉Durante milenios, los varones han sido el centro de todo y su modo de mirar se ha convertido en la única forma de ver. Durante todo ese tiempo, las mujeres estaban en la vida pero no estaban en el pensamiento; así pues, ni fueron sujetos pensantes ni fueron objetos pensados. El androcentrismo ha propiciado que lo que era solamente «una perspectiva» (la masculina) quedó convertida en «la perspectiva humana». Detectado el error, conviene corregirlo; por ejemplo, cambiando la perspectiva y aceptando que no hay sólo una forma de mirar. Esto mismo ha pasado en los territorios de Eros: que lo que llamamos sexualidad es la visión masculina de la sexualidad; por lo tanto, centrada en la meta y no el viaje; centrada en los logros y no en los procesos, los contextos, las relaciones o las interacciones.

👉Los grandes logros sexuales masculinos han sido tres: esposas, hijos y coitos. Respecto de los coitos había que lograr la suficiente erección y la adecuada ey*******ón (por supuesto, dentro de la va**na). Finalmente, la ey*******ón quedó convertida en el fin del encuentro amoroso. Ahora bien, fin por dos veces: fin en tanto que finalidad (lo que se pretende) y fin en tanto que finalización (lo que da por terminado). La moral sexual tradicional, enfatizando la generación como justificación exclusiva de todo encuentro erótico, propugnó la prescriptiva emisión espermática del varón; por supuesto, en lo más íntimo del interior femenino. Así pues, cualquier otro lugar era expresamente prohibido. De este modo, todo lo que no era generador era degenerado. Así se generó la multisecular «tiranía 2D»: “que esté Dura y que sea Dentro”.

👉Frente a aquel tradicionalismo religioso, al otro lado de la trinchera moral, durante todo el siglo XX se fueron ubicando los defensores de la revolución sexual. Estos subrayaron el placer y negaron la generación (de hecho, contra ella, inventaron la anticoncepción). Ahora bien, placeres hay muchos y diversos pero esta moral laica y progre sólo se interesó por uno: el orgasmo. Tanto se enfatizó que lo que sólo era un hecho se convirtió en un derecho; incluso en un deber. A partir de algún momento del siglo XX la fuente de explicación (y de legitimación) del encuentro erótico dejó de ser aquellos hijos para empezar a ser estos or****os; de este modo, llegados a la actualidad, ya no se trata de generar hijos sino de alcanzar or****os.

👉Paradójicamente, por esta otra vía, también se propugna, del mismo modo que siempre, la misma ey*******ón androcentrada de siempre; excepto que ahora esta ey*******ón ya no es seminal ni es generación porque ahora
es: orgasmo, placer y desahogo; incluso, ya puestos, gimnasia, bienestar y salud.

👉Ahora bien, los nuevos tiempos reclaman un orgasmo femenino que se formula como un derecho; lo cual, indirectamente, propicia un nuevo deber: la obligación masculina de producir este reclamado orgasmo femenino. Con estos mimbres ha emergido una nueva problematización sexual que nunca había existido antes. Ya no se trata de si la ey*******ón es, o no es, fértil o fecunda; sino si es, o no es, precoz. De este modo, el nuevo desafío de los hombres ya no es si son fértiles y capaces de inseminar sino si son aguantadores y capaces de lograr el orgasmo de ella. Básicamente, posponiendo el suyo y siguiendo aquel antiguo lema: “las damas primero”. Ahora bien, "mutatis mutandis", todo sigue girando alrededor de lo mismo: hay que eyacular y hay que hacerlo de un determinado modo.

👉En esta prescripción eyaculatoria, aunque por diferentes caminos, coinciden la tradición agustiniana que tanto gusta a los tradicionalistas con la revolución reichiana que tanto gusta a los reformistas. Así, la ey*******ón masculina es requisito indispensable que prescribe el Catecismo Católico pero es también finalidad que prescribe la industria pornográfica. Los primeros, siguen obsesionados con que sea dentro y los segundos se han obsesionado con que sea fuera. Pero ambos coinciden en que la ey*******ón es finalidad y es finalización. Ahora bien, aunque lo digan al unísono la Iglesia, la Progesía y el Mercado, no tiene por qué ser de esa manera. Todo esto ha sido causa de nuevas dificultades y nuevas problematizaciones entre los amantes. En tanto que el eyaculado es finalidad, ambos –también la mujer- se sienten frustrados cuando no ocurre. Pero como el eyaculado es también finalización, ambos –también el hombre- se sienten frustrados cuando ocurre inadecuadamente (por ejemplo, demasiado pronto o demasiado tarde).

👉Este asunto, la incursión del dios Cronos en los territorios del dios Eros, ha generado nuevos malestares y frustraciones que giran en torno a determinadas expectativas que no se cumplen y a determinados ritmos que no se armonizan. En fin, que con motivo de tales eyaculaciones cronometradas, crece la insatisfacción erótica. Y, lo peor de todo, se ha instalado entre nosotros una nueva dictadura: la “Tiranía 3D”; o sea, la obligación de que: «Dure Dura Dentro».

🔘 Interruptor erótico 👉Nuestro tiempo está recuperando la importancia de la expresión corporal de los sentimientos y la...
13/04/2021

🔘 Interruptor erótico

👉Nuestro tiempo está recuperando la importancia de la expresión corporal de los sentimientos y la comunicación íntima a través de la piel; mejor aún, del encuentro entre las pieles desnudas. Ello nos está permitiendo, más que nunca, vivir y expresar nuestra erótica en armonía con nuestras necesidades más profundas. No se trata ya de generación sino de encuentro erótico y no se trata de alcanzar la meta sino de disfrutar del viaje.

👉Durante siglos nos han impuesto una sexualidad exclusivamente reproductiva y ge***al. Por ello, aún hoy, circunscribimos nuestra amatoria a la única conducta reproductora: el coito. Intelectualmente hemos recuperado el placer y la comunicación como elementos eróticos sustanciales; sin embargo, conductualmente seguimos comportándonos como si fuésemos exclusivamente agentes reproductores. Hasta el punto que paradójicamente usamos técnicas contraceptivas para seguir conduciéndonos conceptivamente.
Ahora bien, la mujer ya no es, ni está dispuesta a serlo más, receptáculo pasivo del semen masculino. Aunque seguimos siendo -unas y otros- sexualmente penetrativos estamos recuperando la piel, el juego y la fantasía, cultivando la ternura y la comunicación a través del cuerpo con todas sus posibilidades y con todos sus recovecos. Todo ello está
sirviendo para que las relaciones co**ales dejen de ser exclusivamente masculinas y ejecutivas. Ya no sirve aquel viejo esquema en el que él era el sujeto que hacía y ella era el sujeto que era hecho.

👉Los hombres ya no son «lanza que penetra» ni las mujeres son «recipiente receptivo» Las interacciones epidérmicas no co**ales (estimulaciones diversas
a lo largo y ancho de toda la piel y todas las mucosas, paseos sin rumbo a través del cuerpo del otro, entrecruzamientos corporales, etc.) suelen servirnos -casi exclusivamente- como preparativos necesarios para el coito. Hasta el punto de que, en la mayoría de las parejas, estos juegos son las señales inequívocas que indican la presencia inmediata del coito.
No son juegos sino preliminares. No son viaje sino preparativo. Pero no es esto lo peor. Lo peor de todo es que, una vez iniciados, obligan a ser terminados. Como si lo uno llevase inexcusablemente a lo otro.

👉Estos juegos suelen ser vividos como introducción a lo "verdaderamente importante": la penetración. Y ello contribuye a que se produzca un efecto paradójico y muyfrustrante que podría explicarse del siguiente modo: me niego a lo primero (aunque me guste y pueda estar deseándolo) cuando no quiero lo segundo (porque no me apetece, porque me gusta menos, porque estoy cansada, porque hay poco tiempo,...). O dicho de otra forma, para no tener que ir donde no quiero ir, me quedo sin ir donde sí quiero ir. Llamamos a este fenómeno "interruptor erótico". El interruptor es una regla no hablada que regula el comportamiento erótico de muchas parejas y según la cual se sobreentiende que existen sólo dos posiciones: encendido y apagado. Cuando el interruptor está encendido se realiza toda la secuencia de conductas eróticas propias y características de la pareja. Por el contrario, cuando está apagado, no puede realizarse ninguna de ellas. Así, cuando una pareja está sometida a la tiranía del interruptor cada uno de sus miembros está obligado al todo o nada (independientemente de lo que esté deseando). A su vez, cualquier trasgresión a esta regla puede provocar descalificaciones ("preparar el horno para no hacer el pan", "calentarme y dejarme tirado", "para no acabar, mejor no empezar", etc.). Las parejas reguladas por el "interruptor" suelen tender a creer que siempre los dos han de ir al mismo lugar, por los mismos caminos y buscando las mismas cosas. Por lo tanto: o se va, o no se va. Sin embargo, en pareja, con mucha frecuencia, cada uno de los dos quiere a ir a un lugar distinto, por diferentes caminos a buscar diferentes cosas.

👉Afortunadamente la comunicación erótica no es una comunicación binaria (de cero y uno, de todo o nada) sino que es una comunicación donde existe un continuo de posibilidades que permiten un poco más o un poco menos, que permiten un poco más a la derecha o a la izquierda, un poco más arriba y abajo, un poco más adelante y atrás,... Esto hace posible que todos los registros eróticos que son más que nada pero menos que todo, son legítimos, gratificantes, divertidos, estimulantes, sinérgicos y amorosos. Cada pareja ha de encontrar cuáles son sus recursos intermedios entre el encendido y el apagado y cuándo y cómo los poner en marcha.

🔘 El placer de la inocencia 👉La sexualidad no es una condición exclusiva de los adultos. Es una dimensión que nace y mue...
09/04/2021

🔘 El placer de la inocencia

👉La sexualidad no es una condición exclusiva de los adultos. Es una dimensión que nace y muere con nosotros, evolucionando a lo largo de todo nuestro ciclo vital. Asociar sexualidad con reproducción trajo consigo el constreñimiento de la sexualidad humana a su etapa fértil, obviando la existencia de la sexualidad infantil o la sexualidad senil. Desde los primeros meses de vida los bebés se excitan al ser amamantados, bañados, cambiados, acicalados, acariciados, etc. Esta excitación se manifiesta, al igual que en los adultos, con una erección del pene, una erección clitórica o una lubricación va**nal. Son muchos y muy diversos los modos a través de los cuales los niños y niñas experimentan su sexualidad: autoestimulaciones corporales con el fin de propiciarse placer (chuparse, rascarse, mordisquear, masturbarse, etc.), juegos de autoexploración corporal, juegos de
exploración de los otros cuerpos (jugar a médicos, jugar a desnudarse, etc.), juegos de adquisición de roles sexuales (jugar a casarse, a papás y a mamás), investigaciones para la adquisición de la identidad sexual (mirar o tocar los ge***ales de los adultos, comparar entre sí los ge***ales, preguntar sobre ello), etc.

👉Los padres suelen, cada vez más, aceptar el hecho de que sus hijos son sexuales. Sin embargo, a menudo no asumen los modos a través de los cuales sus hijos se manifiestan sexualmente. Con frecuencia escucho: "ya sé que es normal que lo haga, pero no quiero que se esté tocando". Es importante saber que negar la sexualidad infantil, no la suprime; solo la reprime. Por el contrario, tratando de evitar los temidos traumas infantiles, muchos padres tienen como única estrategia educativa el "dejar hacer". Afortunadamente, el papel de los padres no se restringe a la falaz elección entre reprimir o dejar hacer. Más bien su función, en estos primeros años de vida, debería ser: acompañar y favorecer el adecuado desarrollo sexual de sus hijos. Con dos herramientas fundamentales: amor (o sea: respeto, aceptación, caricia, ternura, diversión, gozo,...) y autoridad (o sea: límites, correcciones, contenciones, sanciones,...).

👉En el primer año de vida el bebé experimenta con su cuerpo, se toca y lo siente. En esta etapa es muy positivo que los padres fomenten el contacto piel a piel, la ternura, las atenciones íntimas y la comunicación corporal con sus hijos. Conforme vayan creciendo, los pequeños irán adquiriendo su propia identidad sexual (se sabrán niño o niña y se reconocerán como tales), así como los roles adjudicados a su s**o (que no son necesariamente los del s**o que los otros dicen que son y no son tampoco unos roles que sólo se aceptan sino que también se transgreden; en cualquier caso, en positivo o en negativo, son referencias). Durante un tiempo los niños estarán centrados en torno a este asunto de los papeles y las funciones propias de su s**o (¿de mayor seguiré siendo niño?, ¿tendré hijitos?, “de mayor seré un papá con un camión así grande”, etc.). Los padres deben colaborar y propiciar esta adecuación sexual. En ocasiones no lo hacen (incluso lo obstaculizan o lo impiden) porque no corresponden a sus expectativas, sus creencias o sus valores. Esta tensión nunca tiene un buen pronóstico porque los niños no son barro moldeable ni cuadernos en blanco. Al contrario, son como son y parte del trabajo de ser padre es aceptarles y quererles como son (que no es como nos gustaría que fuesen). A través de este ser queridos y aceptados se va estableciendo una vinculación afectiva que es el canal central de su crecimiento, su seguridad y su madurez (sobre todo emocional y afectiva).

👉También es importante satisfacer la curiosidad sexual de los niños. Es normal que haga determinadas preguntas: ¿cómo vienen los niños?, ¿cómo salen de la barriga?, ¿cómo entran?, ¿tendré el pito como el tuyo?, ¿me saldrán pelos o tetas?, ¿qué hay que hacer para tener novio?, etc. No hay que preocuparse porque las respuestas no sean técnicamente perfectas: importa más la honestidad que la exactitud y vale más la confianza que la precisión.

👉Finalmente, han de favorecerse las condiciones para que ellos mismos descubran su propia se*******ad (básicamente, autodescubrimento de sensaciones gratificantes y placenteras; primero, consigo mismos y, andando el tiempo, y las oportunidades, con los iguales). Para ello hay que aceptar, incluso promover, la intimidad infantil; luego, la
posibilidad de que no siempre estén sometidos a la estricta y vigilante
presencia de los adultos. Los niños, si se les deja en paz, juegan a juegos manifiestamente sexuales que no les causan daño de ningún tipo. Sobre todo, si los adultos no producen ninguna intrusión tóxica (por ejemplo abuso sexual o cruzada anti-abuso sexual). Al contrario, los juegos sexuales infantiles, personales e interpersonales son fuente de crecimiento y gratificación. Por supuesto, conforme el tiempo va pasando, se habrán de socializar sus conductas, puesto que no todo puede hacerse en cualquier lugar ni en cualquier momento ni con cualquier persona. Vivimos en sociedad y es un juego complejo que tiene reglas. Algunas son estúpidas, pero siguen siendo reglas. (Joserra Landa)

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1 Calle Erdikoetxe
Bilbao
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