30/11/2025
Mientras en la hipocondría cualquier señal del cuerpo se percibe como peligrosa, en la patofobia la persona se concentra sobre una concreta.
Infarto, ictus… el patofóbico tiene miedo a esos problemas que pueden ser fulminantes, no a esos que te matan lentamente.
Controlan constantemente el órgano que les preocupa, con una ansiedad continua que se convierte en pánico a la mínima señal.
Por ejemplo, el cardiofóbico se hace exámenes continuos para reasegurarse de su salud y vive pendiente de su corazoncito.
El formidable desarrollo de la medicina y sus técnicas diagnósticas, nos induce a pensar que es posible prever este tipo de problemas, pero que va…
La tragedia es que se asusta de que su corazón funcione bien,
si subes unas escaleras y tu corazón se acelera, todo va bien; el problema sería que no se acelere.
Como dice Nardone, has convertido el corazón, que es tu amigo, en enemigo.
¿Hacemos las paces con él?