30/09/2025
La semana pasada, en clase de yoga, trabajamos el sostener.
Sostener sin hacer, sin correr a buscar respiraciones, técnicas de relajación o formas evasivas... Regularme simplemente desde la capacidad de estar presente.
Confiar en que la sensación o la emoción va a pasar, y que puedo quedarme ahí: sin hacer nada, sin evitar, sin huir. Que puedo sostenerme.
Eso nos enseña el yoga: permanecer en una postura con presencia, sin escapar de lo incómodo, de lo doloroso o de lo que aparezca en la esterilla.
Porque lo más importante del yoga no es ganar flexibilidad ni llevar un pie a la oreja (o no), sino aprender a estar... sin hacer, sin irnos.
Vivimos en una sociedad escapista y engañosa, que nos convence de que podemos evitar lo incómodo, que podemos tener todo lo que queremos al instante, que nos hace adictos a huir del dolor o de lo que no nos gusta de mil formas distintas.
Aprender a sostener con presencia, con calma, sin necesidad de controlar... solo estar... es uno de los grandes (des)aprendizajes que nos regala el yoga.
Si quieres practicar con sentido, de forma holística, profunda y más allá de la esterilla... ven a Namaskar. Te estamos esperando.
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