24/06/2025
En uno de los foros de un curso de formación que he impartido como docente, una alumna decía con rotundidad:
"no soporto a los tóxicos ni a los autocompasivos".
Si ya es una mala práctica poner etiquetas, poner 2 en una misma frase es un doble peligro. A continuación te explico el motivo.
Etiquetar a la gente como tóxica nos lleva a interactuar con ellas como si siempre se comportaran de manera negativa. Y eso influye en la interacción que tenemos con ellas.
Además todos en un momento determinado podemos tener un comportamiento negativo, poco colaborador, defensivo o inapropiado.
Es preferible gestionar comportamientos no personas.
Eso no significa que no debamos alejarnos de alguien que se comporta habitualmente con nosotros de forma agresiva, negativa o desafiante.
Respecto a la autocompasión, es una competencia que a mí me resulta fantástica y no se entiende bien.
Ser autocompasivo es tratarse a uno mismo con la amabilidad y respeto con el que tratarías a una persona que está sufriendo.
Ser autocompasivo NO ES tener lástima de mí, no es para débiles y pusilánimes, no es señal de egocentrismo, no me convertirá en una persona perezosa, no me convertirá en alguien despiadado que no se arrepiente de actos dolorosos contra alguien, ni es verdad que no llegaré a conseguir éxito.
Es todo lo contrario. Las personas autocompasivas son más compasivas con los demás, son más felices, están más satisfechas con la vida, y sufren menos episodios de depresión, ansiedad y estrés. (Neff, K. & Germer, C. 2020)