06/10/2025
Hoy regreso de mi primer viaje (de cinco) a un curso verdaderamente excepcional: el de Dermatología y Medicina China impartido por Mazin Al-Khafaji, una referencia mundial con más de 40 años de experiencia clínica.
Durante años he tratado con éxito problemas de piel desde la medicina china. Es un terreno que conozco bien y al que he dedicado incontables horas de estudio y práctica. Pero estos tres primeros días con Mazin han sido otra cosa: afinar de lo que ya sabía, un salto de precisión y claridad que eleva mi comprensión a un nivel mucho más fino.
Más que aprender desde cero, ha sido como ajustar el foco de una lente: los conceptos que ya aplicaba han adquirido una nitidez nueva, una estructura más profunda y una estrategia más personalizada para cada tipo de piel y cada persona.
Y es que invertir en uno mismo siempre te lleva más lejos (ya lo hice cuando viajando a Seattle en 2018 y 2018). No importa cuánto sepas o en qué punto estés; apostar por mejorar, por rodearte de los mejores, por exigirte más… es lo que marca la diferencia entre un buen profesional y uno verdaderamente excepcional.
Este tipo de inversiones —de tiempo, de dinero, de energía— no son un lujo: son decisiones que transforman tus objetivos y te endurecen por el camino. Y yo elijo crecer para hacer crecer todo lo demás resultados, comprensión, el impacto en la vida de mis pacientes.
Después de estos tres días intensos, regreso con un mapa aún más claro sobre cómo abordar una piel patológica, cómo afinarla hasta devolverle su equilibrio y cómo diseñar estrategias individualizadas para cada caso.
Este es solo el primer paso de un viaje que os preaviso será lo que vuelva a marcar mi camino en la medicina china a nivel clínico (en unos años se recogerán los frutos, más aún).
Y lo que más me gusta es saber que cada viaje, cada hora y cada esfuerzo invertido en mejorar, no solo eleva mi práctica… también mejora la vida de quienes confían en mí.
Esto es Medicina China al máximo nivel ❤️