22/09/2025
Tiempo
Todas las personas sabemos lo que significa el tiempo. Básicamente podríamos decir que es el periodo que va transcurriendo mientras vivimos. Si lo pensamos bien, va fluyendo momento a momento, independientemente de lo que nosotros hagamos. También ocurre aunque estemos inmóviles sin ni siquiera pensar. No se le puede parar.
Ahora bien, el cómo lo percibamos y vivenciemos únicamente depende de nosotros. Hay personas que viven para él y hacen todo lo posible para exprimirlo. Craso error, porque eso es imposible. Siempre tiene la misma cadencia, siempre. Entonces, me pregunto, ¿por qué pretendemos hacer el mayor número de actividades en su seno?, ¿de qué nos sirve? En ocasiones decimos que así lo aprovechamos, que nuestra vida tiene más sentido, que más adelante podremos decir que hemos realizado muchas cosas. Aquí veo pertinente indagar a qué precio, cómo nos hemos sentido en el proceso. Si la respuesta es que hemos disfrutado, que hemos sido conscientes, bienvenida sea esa actitud. Pero si, por el contrario, nos ha generado ansiedad y contratiempos por no poder llegar a todo lo que pretendíamos y, mientras hacíamos, nos sentíamos presionados, ¿merece la pena? El hecho de realizar muchas actividades o no realizar ninguna, realmente no tiene importancia, esto va a depender de cada persona. Lo importante es el cómo nos sentimos haciéndolas.
Otra pregunta que me surge, ¿creéis que existe otro tiempo diferente al momento actual, el de ahora? Analicemos esto. Por ejemplo, el pasado, ¿existe? En el instante que está ocurriendo ahora mismo, es claro que no. Es decir, el pasado existió, eso sí, pero no existe mientras pensamos en ello, existe el pensamiento sobre lo que ocurrió, pero lo que ocurrió no. ¿Y el futuro? Pues el futuro existirá más adelante, pero en este momento no tiene sentido pensar en él. Sí que podemos hacer un plan para conseguir algo de aquí a un tiempo y llevar a cabo los pasos necesarios, por supuesto. Pero lo importante aquí son esos pasos, porque sencillamente son los que están ocurriendo ahora. El objetivo final puede suceder o no, pero de lo que se trata es de haber disfrutado del proceso mientras acontece. ¿Por qué? Pues porque lo único que existe es el momento presente.
Por ejemplo, imaginemos que estamos recordando algo del pasado, algo que nos remueve y causa malestar. ¿Qué ocurre? Que en el presente estamos sintiéndonos en función de algo que ahora no existe. Sé que se dice fácil, y que es muy complicado sustraerse de estas emociones negativas. Lo mismo ocurre si nos obsesionamos con algo que esperamos que suceda y le damos tantas vueltas en el ahora, que nos perdemos el vivir en el único tiempo que realmente existe, el presente. Tal vez nos imaginemos que cuando ocurra tal o cual acontecimiento, vamos a ser felices o a estar mejor. ¿Cómo podemos saber esto? ¿No ocurre en muchas ocasiones que cuando llega lo esperado, no es para tanto o disfrutamos, pero durante poco tiempo hasta que nos atrapamos en otro objetivo? ¿No sería mejor estar volcados en lo que celebramos y lo que venga, bienvenido sea?
Un tema complicado porque durante toda nuestra vida nos han inculcado el valor de los objetivos, el llegar a algo o a ser alguien (¿qué significa ser alguien?...¿en base a qué, quién decide esto? ¿la cultura, el momento histórico, la sociedad…?), el estudiar, viajar, construir para... (aquí está implícito el futuro).
Y la pregunta del millón, ¿cómo hacer esto? La respuesta rápida es llevando consciencia a lo que hacemos en cada momento. La menos rápida es, practicando y, si lo necesitamos, pedir cierta guía a un/a profesional.