Doctor Eric Feart

29/10/2025

Porque decimos que la mentira es bella y la verdad dolorosa? Vamos a suponer que tienes una pareja y sospechas una infidelidad con una persona cercana . Lo que llamamos triangular , muchas emociones contradictorias aparecen . Si esa persona es una que suele rodear a la pareja , notarás un acercamiento, unas actitudes que revelen algo raro . En un principio, piensas que es tu imaginación , pero la realidad se vuelve más cruda . Cuando te atreves a preguntar la posibilidad de “estas con esa persona?” La negación es la norma . Entonces dejas de creer en lo que sientes y inicias una creación imaginativa de lo “imposible” . Idealizas y compites inconsciente con tu rival . El plato obsesivo está servido . La realidad de lo que observas choca con la idea de “no es posible” . Te convences de ser imposible pero vuelve tu sensación interna . Así puedes ir muy lejos . La mentira de ser imposible es bella , la verdad de la infidelidad horrible. Y si añadimos la culpa a todo esto : terrible situación. Salir de esta oscuridad se puede cuando por fin decides no negarte a dejar la luz entrar : la verdad . Tu decisión marcará la continuación o no de la relación .

28/10/2025

“Razones para despertar”… incluso en japonés ! En breve … no te retrases en leerlo en español . Que destaquemos en algo !!!

28/10/2025

Sospechar que estás siendo manipulado es un paso decisivo.
Siempre surge cuando algo dentro de ti entra en conflicto con lo que ocurre fuera: algo no encaja, algo no cuadra.
Nuestra mente, acostumbrada a lo visible, suele dar prioridad a lo externo porque es lo que puede justificar con pruebas, palabras o gestos. En cambio, lo interno —lo que sientes— no puede demostrarse. No hay testigos de tu intuición.
Ahí empieza el conflicto: intentas convencerte de que lo externo tiene razón, mientras desconfías de tu propio sentir. Alimentas con tu imaginación las apariencias, y desprecias la voz interior que te avisa.
Ese es el inicio de toda obsesión: una parte de ti sabe la verdad, pero la otra no quiere verla.
La sensación interna vuelve una y otra vez, insistente, hasta que logras detenerte. Entonces mereces un descanso.
Aparta por un momento la emoción, respira, observa con calma. La claridad nace del discernimiento, y discernir es dejar entrar la luz en la oscuridad.
Siempre que dediques tiempo a observar con honestidad, la verdad se revelará. Solo hace falta voluntad… y el valor de creer en lo que sientes.

28/10/2025

Estar pidiendo atención o cariño a alguien que no lo puede dar es perder tu tiempo . Aunque sea una realidad , un niño que solicita atención por parte de sus padres y no la obtiene, es frustrante . Esta frustración puede generar una gran rabia y una actitud que se perpetua : la espera . El deseo de obtener cariño por quien le es imposible dar , un padre o una madre narcisista, se puede trasformar en odio verdadero, por lo frustrante que es . Aceptar de adulto , que fue y que sigue siendo pedir un imposible es estrictamente necesario para liberarse de esta expectativa . Esta actitud frustante , de pedir imposibles a quien no puede dar absolutamente nada , se puede repetir toda tu vida , viendo como te enfadas cuando no recibes lo que esperas . Ya puedes insistir , puedes enfadarte al máximo, no vas a obtener nada porque pides algo a un ser incapaz de dar . Ahí reside tu sabiduría, en distinguir quién puede y quien no puede dar lo que esperas . Recuerda que a un psicopata le encanta desestabilizarte , haciéndose el tonto .

27/10/2025

Querer ser el centro de atención no es solo cosa del narcisista, sino también de quien todavía necesita serlo. Si en tu infancia no hubo una relación afectuosa con tus padres, si la indiferencia fue el aire que respirabas, tu necesidad de ser visto fue creciendo como la sed bajo el sol. Esa necesidad, tan real como la sed, tiene su correspondencia física: el cuerpo la recuerda, aunque la mente la haya anestesiado.
Y cuando rememoras aquella espera, ese deseo de una mirada o una palabra de tus padres, vuelves a sentirla viva dentro de ti.
Te sorprenderá descubrir que esa actitud de espera sigue actuando: aún te duele cuando alguien no responde como esperas. Ese impulso de insistir, de exigir una respuesta, de pedir un “dime algo”, no es otra cosa que la voz antigua de un niño que sigue esperando ser visto.

27/10/2025

Porque cuanto más sabes de algo , te das cuenta que hay tanto por aprender ? Se llama la humildad darse cuenta que por mucho que intentas saber de algo , la inmensidad del conocimiento aparece inalcanzable. Entonces te conformas con lo que te ofrece la vida por aprender, tu parcela . Entiendes perfectamente la paz aparece en ese conformismo , porque ves que no puedes saber de todo . Y esa sed por aprender se calma , tomando esa “agua viva” ( sabiduría ) sin producir falta de ella . Esa sabiduría que vas adquiriendo, te concierne directa o indirectamente, no necesitas más . Empieza entonces a tomar sentido las palabras de Jesús “te daré una agua viva que no te dará sed “ …

27/10/2025

26/10/2025

El verdadero periodo de tu educación no está en la escuela, sino en tu infancia. Es entonces cuando tu cerebro se moldea según lo que vive y percibe. Si en ese entorno no hubo afecto, la necesidad de cariño quedará grabada como una huella permanente.
Comprender que tu padre o tu madre no pudieron darte amor por sus propias heridas puede aliviarte un tiempo, pero no basta. Porque la falta no se resuelve con comprensión mental, sino con reconocimiento emocional. Igual que el cuerpo recuerda la sensación de hambre o de sed, también guarda la sensación de no haber sido atendido. Esa espera interior, esa tensión sutil que acompaña la ausencia de afecto, sigue viva dentro de ti.
Tu tarea ahora no es esperar que te lo den, sino reencontrar esa sensación en tu interior. Percibirla, observarla, darle espacio. Cuando la sientes plenamente, la espera se disuelve. Dejas de mirar afuera lo que faltó, y ya no te enfadas por lo que no llega. Te vuelves más sereno, más libre ante la indiferencia o la falta de respuesta.
El cuerpo es la caja negra de tu historia emocional: en él está todo registrado. Solo cuando lo escuchas con atención y dejas que su memoria se comunique con tu conciencia, comienza la verdadera sanación.

26/10/2025

26/10/2025

Cuando una figura importante en tu vida —un padre, una madre, una pareja o alguien a quien admiras— miente, tiendes a creerle. No porque seas ingenuo, sino porque tu necesidad de vínculo es más fuerte que tu deseo de verdad. Así comienzas a justificar lo injustificable, a construir explicaciones que den sentido a lo absurdo, a entrelazar pensamientos para que lo imposible parezca coherente. Todo con tal de mantener viva la conexión.
Pero el vínculo con un mentiroso, tarde o temprano, enferma el alma. Al principio no lo ves: te confunde el cariño, te seduce la confianza. Hasta que un día, algo no encaja, y la mentira se muestra en toda su crudeza. Entonces llega la rabia: la de quien ha sido traicionado, la de quien se descubre engañado por amor.
Esa rabia no debe reprimirse, sino reconocerse y liberarse. Es la puerta que se abre hacia la verdad. Solo comprendiendo lo que pasó puedes aceptar tu inocencia: no podías saber que eran mentiras, porque querías creer. No era debilidad, era amor.
Y cuando logras ver una de esas mentiras con claridad, cuando la mente y el corazón se alinean en la misma evidencia, algo cambia dentro de ti: has dado un paso inmenso hacia la libertad interior. Has empezado a elegir la verdad, incluso por encima del vínculo.

26/10/2025

Reflexion obligada

25/10/2025

El abandono que tuviste que vivir se disfrazó de excusas que te contabas para poder seguir. “Mis padres trabajaban mucho”, decías, mientras el silencio te envolvía como una segunda piel. Creciste acompañado por la soledad, temiéndola y justificándola al mismo tiempo. Pero entre todas las razones que inventaste para explicar su ausencia, hubo una que marcó tu vida: la idea de que eras una carga.
Sentir que molestabas, que no merecías atención, sembró en ti la necesidad de ser útil, de ganarte un lugar. Desde entonces, tu existencia giró en torno a la aprobación, al reconocimiento, a ese gesto que te confirmara que valías. Así nacieron tus favores, tus esfuerzos desmedidos por ser necesario. Y sin saberlo, te alejaste de ti, confundiendo el amor con la utilidad.
Hoy puedes verlo: esa dependencia emocional no era amor, era supervivencia. Era el eco del niño que aún esperaba ser visto. Pero cuando vuelves la mirada hacia tu pasado y lo ves con ternura, algo profundo cambia. Tu soledad, antes fuente de dolor, se convierte en manantial de inspiración. Ya no huyes de ella: la escuchas, la abrazas, y en su silencio te encuentras.
Atrévete —porque el abandono solo se sana cuando descubres que nunca te faltó nadie: solo tú.