11/12/2014
Afecciones Tiroideas
Millones de personas de todo el mundo padecen afecciones tiroideas, tales como un aumento del tamaño de la glándula tiroides (bocio), nódulos tiroideos cancerosos o no cancerosos, o una glándula tiroides hiperactiva. Algunas afecciones tiroideas se pueden tratar con medicamentos, pero otras se tratan mejor con cirugía.
Definición
La glándula tiroides está situada en la parte inferior de la parte delantera del cuello, justo delante de la tráquea. Tiene forma de mariposa, con dos “lóbulos” laterales unidos por una estrecha tira de tejido o “istmo”. Los nervios que controlan las cuerdas vocales están justo detrás de la tiroides.
Habitualmente, no es posible ver ni sentir la glándula tiroides. Sin embargo, si aumenta de tamaño, provoca un abultamiento en ese área del cuello denominada bocio. Otras afecciones tiroideas pueden no provocar un bocio visible.
La tiroides es la encargada de producir unas importantes hormonas denominadas T4 (ó tiroxina), T3 y T3 reversa (inactiva). Estas hormonas controlan el metabolismo: en otras palabras, el modo en que el cuerpo obtiene energía de los alimentos ingeridos. Si la tiroides no funciona bien, el cuerpo utiliza la energía más lenta o más rápidamente de lo que debería.
Si la tiroides no es lo suficientemente activa, hablamos de hipotiroidismo. El hipotiroidismo o mixedema puede provocar aumento de peso, cansancio o fatiga, intolerancia al frío, cara y párpados hinchados, etc. Si, por el contrario, la tiroides es demasiado activa (hipertiroidismo), tendrá más hormonas tiroideas de las que necesita el cuerpo. El hipertiroidismo provoca pérdida de peso, nerviosismo e irritabilidad, acelera la frecuencia cardiaca, intolerancia al calor, etc.
El bocio puede estar causado por diversas afecciones. Son, entre otras, las siguientes:
Enfermedad de Graves-Basedow: la tiroides se inflama y fabrica demasiada tiroxina
Tiroiditis (inflamación de la tiroides): puede tener varias causas, tales como una infección vírica
Carencia de yodo: la glándula tiroides necesita yodo para fabricar las hormonas. Si en la dieta hay una carencia de yodo, la tiroides se inflama tratando de fabricar hormonas suficientes
Medicación: algunas medicinas, tales como la amiodarona, el interferón alpha y el litio pueden provocar bocio
Factores hereditarios: algunas personas heredan la tendencia a tener una tiroides grande
Los nódulos tiroideos (pequeños bultos en la tiroides) pueden tener las causas siguientes:
Un quiste: un tumor benigno (no canceroso) lleno de líquido
Un adenoma (nódulo tiroideo): un tumor benigno sólido
Un tumor canceroso (poco frecuente)
La enfermedad de Graves y los nódulos tiroideos pueden provocar un exceso de actividad de la tiroides (hipertiroidismo).
Las dos causas principales de baja actividad de la tiroides (hipotiroidismo) son la enfermedad autoinmune (donde las células tiroideas son destruidas por glóbulos blancos de la sangre que atacan a la tiroides) y un efecto secundario del tratamiento de la enfermedad tiroidea. Otras causas, poco frecuentes, son la deficiencia tiroidea hereditaria, una complicación de una infección vírica o un efecto secundario de ciertos fármacos.
Si la tiroides produce demasiadas hormonas, es probable que experimente algunos o todos los síntomas del hipertiroidismo (también llamado tirotoxicosis):
Inquietud, nerviosismo, emotividad, irritabilidad, dificultades para dormir y actividad constante
Temblor en las manos
Pérdida de peso a pesar del aumento del apetito
Palpitaciones
Sudoración, aversión al calor y aumento de la sensación de sed
Diarrea o necesidad de ir al baño con más frecuencia de lo normal
Dificultades respiratorias
Problemas dermatológicos, tal como caída del pelo y picor
Cambios menstruales: a menudo los períodos se hacen muy ligeros o infrecuentes
Cansancio y debilidad muscular
Inflamación de la glándula tiroides en el cuello (bocio)
Si la tiroides produce pocas hormonas, es probable que experimente algunos o todos los síntomas del hipotiroidismo (también llamado mixedema):
Fatiga
Cansancio
Alergatamiento
Depresión
Aumento de peso repentino
Piel reseca
Comezón
Engrosamiento y caída del pelo
Sensibilidad al frío
Dolores musculares
Periodos más frecuentes
Factores de riesgo
Hay varios factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar una enfermedad tiroidea. Éstos son algunos de ellos:
S**o: las mujeres tiene de 6 a 8 veces más probabilidades que los hombres de desarrollar una afección tiroidea
Edad: las personas de más de 50 años tienen más riesgo de padecer enfermedad tiroidea
Historial de enfermedad tiroidea en la familia o en el propio paciente: por ejemplo, si ha tenido problemas de tiroides durante o después del embarazo, o si los familiares más cercanos han tenido afecciones tiroideas, el riesgo de padecer enfermedad tiroidea aumenta
Tabaco: si es o ha sido fumador, tiene más riesgo de desarrollar enfermedad tiroidea autoinmune
Ingesta de yodo: si la dieta no contiene suficiente yodo o, a la inversa, si utiliza yodo o suplementos de herbolario, puede tener más riesgo de padecer problemas de tiroides
Ciertos fármacos y tratamientos médicos aumentan el riesgo de desarrollar problemas de tiroides
Estrés intenso: sucesos significativos en la vida, tales como una muerte o un divorcio, o estrés físico intenso tal como el producido por un accidente de tráfico, pueden desencadenar la enfermedad tiroidea autoinmune
Diagnóstico
Para diagnosticar un problema de tiroides, deberá someterse al examen de un médico. Su médico prestará especial atención a la glándula tiroides y a otras partes del cuerpo donde pueden reflejarse los problemas de tiroides, tales como la piel, las uñas, el pelo, el corazón, el peso y la temperatura corporal. Además, le harán análisis de sangre para medir los niveles de hormonas tiroideas. También es posible que necesite pruebas de imagen de la tiroides, para que el médico pueda “verla”. Por último, si tiene un bulto en la tiroides, puede que le inserten una fina aguja directamente en el bulto para extraer algunas células, que se utilizarán para comprobar si padece cáncer.
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