Magale Magale es un equipo multidisciplinar que ofrece servicios de matrona, osteopatía para mujeres y bebés, fisioterapia, pediatría y psicología perinatal.

Magale es un grupo multidisciplinar que ofrece sus servicios a domicilio acompañando a las parejas en su proceso de embarazo, parto y posparto. Magale surge de la necesidad y demanda de las familias que quieren tener la oportunidad de dar a luz en casa. Es la primera empresa que ofrece este servicio en Gipuzkoa y territorios colindantes a las parejas que buscan una atención personalizada, profesional, íntima y respetada. Nuestro objetivo es ofrecer una alternativa a los servicios actuales, facilitando una decisión libre, informada, con conciencia y responsabilidad. Nuestra forma de trabajar se basa sobre todo en el respeto, tanto a las familias, como al propio proceso de embarazo, parto y posparto, tomando como referencia la evidencia científica que avala nuestra forma de trabajar. Sabemos que para que este proceso se pueda desarrollar de la mejor forma posible, es indispensable un apoyo profesional que brinde seguridad, reafirmando y recordando a las mujeres el poder y la capacidad que tienen para dar a luz, sin renunciar a un entorno íntimo y cálido. Nuestros servicios están dirigidos a toda la familia, involucrando a la pareja y otros hijos si se desea, haciendo de cada servicio, una atención diferente y personalizada.

Una mujer embarazada no necesita que le digas que tiene que pasar todas las pruebas para demostrar que su proceso es de ...
06/11/2025

Una mujer embarazada no necesita que le digas que tiene que pasar todas las pruebas para demostrar que su proceso es de bajo riesgo. Lo que necesita es entender cual es el proceso natural y poder decidir por si misma si quiere alguna de esas pruebas o no.

Una mujer embarazada no necesita que en cada consulta le peses y le digas algo sobre ese número. Necesita que le preguntes cómo se siente en este cuerpo que cambia a pasos agigantados.

No necesita que le prohibas alimentos o movimientos. Necesita saber que por suerte su cuerpo es capaz de mantener un embarazo independientemente de factores externos.

No necesita que la vean 3 profesionales diferentes en un mes. Necesita alguien de referencia.

No necesita números, estadísticas, tecnología… para sentirse acompañada. Necesita recibir el mensaje de que quienes la acompañan confían en su cuerpo, en su criterio, en ella, como madre de esa criatura.

Necesita una base sólida sobre la que ella poder reconocerse. Como un espejo. Como una cuerda a la que agarrarse cuando necesite. Pero solo cuando ella decida que lo necesita. No una cuerda que la ahogue.

Y esa base no debe estar asentada en el miedo de sus acompañantes, en sus vivencias traumáticas o en paternalismo o en manipulación.

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A veces creemos que la gente piensa que nos gusta que nos metan dentro del rollo hippie, o que creemos que la vida es so...
04/11/2025

A veces creemos que la gente piensa que nos gusta que nos metan dentro del rollo hippie, o que creemos que la vida es solo bonita y sin contratiempos o que lo que nos gusta es poner incienso y decir que somos matronas de parto en casa. Lo mismo con las mujeres que toman la decisión de parir con nosotras.

Y nada más lejos de la realidad.

Lo que pasa es que el concepto que tenemos nosotras de la salud y del parto no es dualista (bien o mal), sino que tiene muchas variantes, lo que puede servirle a alguien puede que sea un factor de riesgo para otra mujer.

Tampoco es reduccionista (un utero que puede convertirse en una bomba de relojería), sino que entendemos que es la mujer embarazada quien pare con toda su historia de vida y con lo que eso significa para ella.

Tampoco es tecnocrático (necesidad de tecnología para mantener el bienestar), sino que sus sensaciones, vivencias, miedos, palabras, expresiones, maneras de actuar nos hablan de su estado de salud y de cómo está siendo ese embarazo para ella.

Y por supuesto tampoco es lineal (causa - efecto). Para nosotras una situación concreta, no lleva siempre a otra y para todas las mujeres igual.

Esto nos lleva a no generalizar y a individualizar cuidados. A poner los cinco sentidos e intentar conocer a quien tenemos delante, leer lo que quizá sus labios no dicen y descifrar lo que su historia de vida nos cuenta. Hemos desarrollado un ojo clínico que cada vez tiene menos valor en el ámbito de la salud.

Y si, sabemos resolver emergencias, utilizar medicación, interpretar pruebas médicas…

Todo esto para poder ofrecer los mejores cuidados.

Y los mejores cuidados no son poner incienso, sino mantener el embarazo y el parto en lo que son, algo fisiológico. Protegerlos de los riesgos exteriores, tener una mirada integral, unir otras ciencias a la biología (sociales, antropológicas…), entender el trauma y saber sostenerlo, utilizar recursos no invasivos que conviertan el embarazo en lo que no es, algo de riesgo.

Sabemos que no todo el mundo quiere este tipo de cuidados, pero para quienes sí, aquí estamos.

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Sabemos que no somos las primeras ni las únicas.Antes que nosotras, y a día de hoy, hay muchas matronas que han sostenid...
31/10/2025

Sabemos que no somos las primeras ni las únicas.

Antes que nosotras, y a día de hoy, hay muchas matronas que han sostenido el parto en casa con fuerza, convicción y cariño.

Matronas que mantuvieron abierto un camino que nunca debió cerrarse, cuando hacerlo implicaba remar a contracorriente.

Nosotras solo podemos hablar desde nuestra experiencia.

De cómo, hace casi doce años, decidimos apostar por esto como una forma de militancia: por las familias, por nosotras y por la libertad de elección.

Y no siempre fue fácil.

Estuvimos en el ojo del huracán cuando empezamos y no fue bien recibido.

Sentimos miedo cuando llegaron las primeras amenazas.

Pero también hemos sentido el orgullo de ver cómo la sociedad y los prejuicios han ido cambiando, el diálogo ha crecido y los puentes se han tendido.

Hoy podemos decir que tenemos una relación respetuosa con la mayoría de los hospitales, y que cuando un parto requiere de traslado, se recibe con humanidad y profesionalidad.

Empezamos sin dudas de que lo que hacíamos estaba bien hecho, y casi doce años después podemos mostrar estadísticas que lo confirman y alientan: partos y nacimientos cuidados, seguros, respetados.

Lo que compartimos en el Congreso Anual de la FAME fue nuestro testimonio de aprendizaje.

De cómo entre todas , estamos tejiendo algo más grande que un proyecto. Una forma de hacer que esto perdure en el tiempo, de una manera sostenible y con garantías, tanto para las familias como para las matronas.

Porque sabemos que no es una opción fácil. Que este camino implica mucha entrega, noches sin dormir, sacrificios individuales y de nuestras propias familias.

Sabemos que eso desanima a muchas a seguir, o incluso a empezar.

Pero si queremos que el parto en casa siga siendo una opción real y accesible, tenemos que ponernos en valor y construir condiciones dignas que nos permitan vivir de este trabajo sin quemarnos.

Solo así, las familias que lo deseen podrán seguir contando con esta posibilidad, parir en casa acompañadas, seguras y libres, sabiendo que detrás hay matronas con fuerza, con sostén y con futuro.



📷 y gracias por darnos voz 💜

“Te lo buscaste.”Esta frase, dicha o insinuada, es la mordaza del duelo tras un abort0 elegido. Como si decidir fuera lo...
29/10/2025

“Te lo buscaste.”
Esta frase, dicha o insinuada, es la mordaza del duelo tras un abort0 elegido. Como si decidir fuera lo mismo que no sentir.

Elegir no inmuniza contra la pérdida.
El alivio puede coexistir con la nostalgia.
Aunque tú no lo entiendas. Aunque ni la misma mujer que lo está transitando lo entiendo. Eso no te da derecho a juzgar

La autonomía no borra la herida, la hace más solitaria cuando el entorno la señala (Incluso a veces tu entorno más cercano y el que menos esperabas.)

En un tipo de dolor que no recibe flores ni mensajes de ánimo. El dolor de quien no ha tenido más remedio que sostener una decisión difícil, de mirar de frente sus límites y, aun así, cargar con el veredicto social. Un dolor civilizado, en voz baja, que aprende a esconderse para no “molestar”, para no dar explicaciones, para no escuchar el “no entiendo por qué estás tan triste si es algo que has elegido tú”.

Estas actitudes son un tipo de vi0lenc1a que empuja a muchas a callar, a reincorporarse en dos días, y fingir haber pasado una gastroenteritis, a sonreír educadamente mientras te debates entre qué te duele más, si el útero o el alma. Se aplaude la responsabilidad de decidir, pero luego nos incomoda la vulnerabilidad que sigue después. Hipocresía de manual.

Este duelo existe aunque nos empeñemos en no verlo. Existe en la mente y existe en el cuerpo.
Es un duelo que se ve reflejado en amistades que cambian de tema, profesionales que solo preguntan por “complicaciones” físicas, familiares que te dicen que ya es hora de pasar página.

No necesitas justificar tu tristeza para merecer cuidados. No tienes que construir un alegato perfecto para llorar. No debes pedir perdón por sentir. Un duelo elegido sigue siendo duelo.

Si te atraviesa, escribe, llora, nombra. El silencio es una jaula con buena reputación.

Hablemos de esto aunque moleste, precisamente porque molesta.

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Estamos alucinando con la cantidad de mensajes que nos habéis hecho llegar tras la pregunta de ayer sobre las pastillas ...
27/10/2025

Estamos alucinando con la cantidad de mensajes que nos habéis hecho llegar tras la pregunta de ayer sobre las pastillas anticonceptivas.
Esto es un problema grave, porque cada día cientos de mujeres reciben la misma receta por motivos distintos: reglas irregulares, dolorosas, abundantes, acné, ovarios poliquísticos...
Y la respuesta es casi automática: “tómate la píldora y se solucionará tú problema.”
Pero el ciclo no se regula con pastillas, se interrumpe, y lo que parece una solución inofensiva, es en realidad una desconexión forzada del cuerpo.
Se ha normalizado tanto que no nos damos cuenta que lo que en realidad hacen es silenciar los síntomas. Apagar las señales de que algo no está funcionando bien.
La ovulación se detiene, las hormonas naturales dejan de producirse, y el cuerpo entra en un estado artificial, sostenido por químicos externos que simulan un equilibrio que no existe.
Ese sangrado mensual no es una regla, es un sangrado por deprivación hormonal. No hay ciclo, no hay ovulación, con todo lo que eso supone para el cuerpo.
Y mientras tanto, el origen del problema (estrés crónico, disbiosis intestinal, desequilibrio tiroideo o metabólico, deficiencia nutricional, alteraciones físicas o genéticas..)permanece intacto.
Y con esto, no sólo estamos ignorando el problema de base, sino que además estamos sumando efectos secundarios que no ayudan. Estas pastillas alteran la microbiota intestinal y va**nal, modifican la coagulación sanguínea, aumentan el riesgo de trombosis, de depresión, de pérdida de deseo, de deficiencias nutricionales..
Y cuando se suspende, muchas mujeres descubren que su cuerpo no recuerda cómo autorregularse, que sus ciclos desaparecen y que el acné o el dolor vuelven con más fuerza.
Con esta información no pretendemos demonizar las pastillas anticonceptivas, por supuesto que pueden ser un recurso útil para quienes las necesiten y elijan, pero es importante tomar la decisión con toda la información.
Porque a veces nos enseñan a confiar más en una pastilla que en nuestros propios ritmos, y lo peor es que esto ocurre desde la adolescencia, en cuerpos que aún están aprendiendo a encontrar su equilibrio hormonal.

Alguna vez te has sentido o te has llamado exagerada? Si la respuesta es que si, no estás loca. Es algo que llevamos tod...
25/10/2025

Alguna vez te has sentido o te has llamado exagerada? Si la respuesta es que si, no estás loca. Es algo que llevamos toda la vida arrastrando.

Nos dijeron que si dolía así, era normal, que había que aguantar como todas, que nuestras madres y abuelas no se quejaban tanto, que exagerábamos.

Consiguieron convertir el sufrimiento en una rutina insoportable, lo que pedía atención se convirtió en burla, y lo que requería escucha se convirtió en diagnósticos erróneos:

🔥Menstruaciones incapacitantes reducidas cólicos normales, y de regalo, te vas de la consulta con unos anticonceptivos que nunca pediste porque es la única forma de que te duela menos...

🔥Años de endometriosis invisibilizados hasta que la ciencia , por fin, empezó a tomarse en serio esa inflamación.

🔥Dolores posparto silenciados porque “todas paren y todas se recuperan”.

🔥Duele cuando tienes una herida en el alma por haber sufrido vi0lenc1a obstétrica y te dicen que es normal sentir miedo y una profunda tristeza en el posparto.

🔥Y hasta los infartos femeninos: durante décadas se investigó casi exclusivamente en hombres. El “síntoma típico” se describió como dolor en el pecho irradiado al brazo izquierdo, seguro que a todas os suena. Pero muchas mujeres presentan otros signos (fatiga extrema, mareo, dolor en mandíbula, dificultad para respirar) y esos síntomas se confundían con ansiedad.
Resultado: diagnósticos tardíos, más complicaciones, más muertes evitables.

Este silencio no es casualidad, nos despoja de nuestra seguridad y conexión con nuestros cuerpos.

Cuando dudas de tu dolor, dudas de tu intuición. Y si dudas de tu intuición, quedas a merced de quienes "saben más que tú".

Necesitamos nombrar nuestro dolor sin vergüenza, profesionales que nos escuchen sin minimizar, investigaciones que incluyan a las mujeres, sus cuerpos y sus síntomas y un sistema que no llame “exagerada” a quien está pidiendo ayuda.

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Cierra los ojos un momento e imagina esto: un lugar donde no se hacen ecografías rutinarias, donde no hay fecha probable...
23/10/2025

Cierra los ojos un momento e imagina esto: un lugar donde no se hacen ecografías rutinarias, donde no hay fecha probable de parto, donde nadie te dice exactamente cuándo “deberías" parir.

¿Cómo te sentirías?

Algunas sentirían miedo, porque en general no nos manejamos bien en la incertidumbre, sin controles constantes, ni cifras, ni fechas que nos garanticen cuando cambiará nuestra vida de repente.
Otras podrían sentir alivio, porque desaparece la presión de cumplir expectativas, de llegar a ciertas metas, de medir cada semana con estándares externos.

En nuestra sociedad, el embarazo se vive muchas veces a través del calendario del sistema, que sia eco de la semana 12, la de la 20, el O'sullivan... pruebas, fechas, recomendaciones que nos dicen cómo deberíamos sentirnos o cómo debería ir todo.

Delegamos gran parte de nuestra experiencia en protocolos, en números, en médicos y rutinas.
Pero, ¿y si no tuviéramos esos referentes?

Tal vez aprenderíamos a escuchar nuestro propio cuerpo con más atención.

Tal vez confiaríamos más en nuestros instintos y ritmos internos.

Tal vez descubriríamos que la incertidumbre no siempre es enemiga, y que si aprendemos a transitarla, puede ser un espacio para la presencia y la confianza.

La pregunta no es si sería mejor o peor. La pregunta quizás es, qué te mueve a ti?

¿Buscas certeza o tranquilidad?

¿Quieres control o acompañamiento?

¿Confías en la tecnología o en tu cuerpo?

Cualquiera de las respuestas es legítima.

A veces, al delegar nuestra salud y expectativas en lo establecido, perdemos de vista nuestra propia capacidad de sentir, decidir y acompañar.

A veces, nos forzamos a intentar ser o actuar de una manera que no es la que va con nosotras.
Habrá mujeres que encuentren tranquilidad en lo técnico, y eso está bien. Confiar no siempre significa lo mismo, a veces es confiar en un cuerpo, y otras, en lo que nos ayuda a sostenerlo.

Tal vez la verdadera libertad está en reconocer qué parte de la experiencia queremos que venga de afuera, con la cabeza, y qué parte queremos dejarla sentir desde el corazón y las enfrañas.

Elige lo que te sostenga y empidere, más allá de lo que “debería ser”.

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Hoy, de camino a una visita posparto, miraba el verde de los montes, y pensaba en todos los partos que acompañamos la se...
21/10/2025

Hoy, de camino a una visita posparto, miraba el verde de los montes, y pensaba en todos los partos que acompañamos la semana pasada. En esas mujeres. En cómo vivieron sus procesos.
Dicen que hay lugares donde la tierra guarda memoria.
Y Euskal Herria es uno de ellos.
Aquí, los montes, el mar, la lluvia y el viento no solo moldean el paisaje, también moldean el carácter.
Quizá por eso, junto a Catalunya, es uno de los territorios donde más partos en casa hay. No por moda, sino por raíz.

Aquí la gente tiende a pelear por lo que siente justo. A desconfiar del ruido, a proteger lo íntimo.
Somos de hacer las cosas en pequeño, con sentido, sin exhibición.

No nos cuesta entender que parir es un acto natural y sagrado, que el cuerpo sabe, que la casa es refugio, que el fuego y la voz bastan.
Las abuelas parieron así. En silencio o con gritos, con vecinas, con la comadrona del barrio, con la puerta entreabierta y el olor a caldo en la cocina.
Eso quedó en algún lugar de la memoria colectiva.
Y cuando una mujer decide parir en casa, aunque no siempre lo sepa, está respondiendo a ese eco antiguo.

Porque aquí el territorio (y no hablo solo del paisaje, sino de las familias, de las costumbres, de los caracteres) empuja y moldea. Para lo bueno y para lo malo.
Aquí se valora lo que es propio, lo que resiste, lo que se hace a mano.
Y parir en casa, es en parte una forma de resistencia.
De mirar al sistema sanitario sin miedo, pero con criterio. De decir, yo decido, y lo hago acompañada, desde el saber, desde el corazón.
Aquí no se busca permiso, se busca sentido.

Zuen instinturik erraienak jarraitzen dituzuen hemengo emakume guztiengatik, mila esker gu bidelagun aukeratzeagatik.
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🤍 Matronas: Por qué hemos estado siempre enfrentadas?A lo largo de la historia, el colectivo de matronas ha sido pequeño...
20/10/2025

🤍 Matronas: Por qué hemos estado siempre enfrentadas?

A lo largo de la historia, el colectivo de matronas ha sido pequeño… y aun así, demasiadas veces hemos estado enfrentadas entre nosotras.

¿Por qué?

Porque el sistema nos ha dividido, poniéndonos a competir en lugar de a colaborar.

Porque la precariedad y la falta de reconocimiento nos ha empujado a pelear por espacios mínimos, en vez de ampliar el terreno común.

Porque se ha sembrado desconfianza entre matronas hospitalarias y comunitarias, entre las que atienden partos en casa y las que trabajan en el sistema público, entre las que deciden trabajar bajo unos protocolos y las que flexibilizan sus límites, como si fuéramos “bandos” distintos.

Porque históricamente la autoridad médica masculina se consolidó debilitando nuestra fuerza colectiva, y nosotras hemos arrastrado esa herencia en vez de mirarla de frente.

Pero la realidad es otra: somos muy pocas (de hecho nuestro ratio es de los peores de Europa) y somos imprescindibles.
El mundo necesita matronas unidas, con todas nuestras diferencias, para garantizar una atención respetuosa, basada en la evidencia y en el cuidado.

💜 Unidas somos más fuertes para exigir:

✨Más plazas y más recursos.
✨Una formación propia.
✨Reconocimiento a todos los ámbitos de nuestra práctica.
✨Condiciones dignas de trabajo.
✨Una voz común frente a las decisiones políticas y sanitarias.

Porque cada matrona, trabaje donde trabaje, comparte la misma misión: acompañar y cuidar desde el respeto a las mujeres, a las criaturas y a las familias. Además tenemos la suerte de que aquí, hay matronas con puntos de vista muy diferentes, con especialidades y formación muy diversas. Si sumasemos todo esto, seríamos imparables.

Si hay más matronas que compartís opinión y pensáis que es tiempo de dejar atrás las divisiones y recordar que lo que nos une es mucho más grande que lo que nos separa, os escuchamos y abrazamos 💜

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Os suena el llamado “puntito del marido”?Durante años, en muchos hospitales se practicó algo que hoy nos parece impensab...
17/10/2025

Os suena el llamado “puntito del marido”?

Durante años, en muchos hospitales se practicó algo que hoy nos parece impensable:

Tras una episiotomía o desgarro, algunos profesionales añadían un punto extra, más apretado, para “devolver” al marido una va**na más estrecha.

Justificaban como un gesto de “cortesía” hacia el marido lo que en realidad era una violencia obstétrica brutal, llegando no solo a normalizarlo, sino incluso a hacer bromas al respecto.

Se suturaba un cuerpo pensando en el placer masculino, no en la salud de la mujer.

Se ignoraba el dolor, la funcionalidad y el derecho a una sexualidad plena y sin sufrimiento.
Se transmitía la idea de que el cuerpo de la mujer existía para servir, incluso en su momento más vulnerable.

A día de hoy seguimos luchando contra muchas formas más sutiles (y otras no tanto) de esa misma lógica, frases a la pareja (marido normalmente) que vienen a decir casi lo mismo "no te preocupes, que TE lo voy a dejar casi como nuevo". Perdona , TE?

Es increíble hasta qué punto los cuerpos de las mujeres han sido tratados como propiedad ajena, manipulados desde una mirada patriarcal y sin consentimiento.

Cuerpos de mujeres que se usan como recipientes sin importar sus sentimientos ni necesidades, para hacer negocio.

Intervenciones sin explicar ni pedir permiso.

Dolor ignorado.

Protocolos por encima del bienestar de la mujer y a pesar de que lo rechace.

Recordemos el caso de Oviedo, donde una mujer que estaba de parto en su casa fue trasladada contra su voluntad por la policía para parir en el hospital, sin existir ningún riesgo para ella ni su bebé, solo porque el hospital la denunció por no aceptar una inducción en la semana 42 y un juez dio la orden. Esa mujer no fue tratada como persona, sino como recipiente.

Es hora de decir basta, o terminaremos viendo como el cuento de la criada no está tan lejos de la ficción.

Nuestros cuerpos no necesitan “arreglos” para otros. Nuestros cuerpos no están hechos para satisfacer las necesidades de otros sin nuestro deseo.

Necesitamos respeto, escucha y cuidados que pongan a la mujer, de una vez por todas, en el centro.

📷 El cuento de la criada

Dirección

Real Cia Gipuzkoana De Caracas, 1
Donostia-San Sebastián
20011

Horario de Apertura

Lunes 09:30 - 19:00
Martes 09:30 - 19:00
Miércoles 09:30 - 19:00
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