05/11/2025
A L M A + s a l u d | Sabías que los trastornos de la conducta alimentaria también pueden afectar la voz, la articulación y la deglución?
Cuando una persona se provoca el vómito de forma repetida —como ocurre en la bulimia nerviosa—, el cuerpo sufre mucho más de lo que imaginamos.
A nivel físico, el ácido del estómago daña los dientes y las mucosas de la boca. Esto puede provocar dolor, pérdida dental y dificultad para articular sonidos como /s/, /t/ o /d/.
A nivel muscular, el esfuerzo que se realiza al vomitar tensa la lengua, el cuello y la mandíbula. Con el tiempo, esto puede generar dolor, bloqueos o incluso problemas en la articulación temporomandibular.
A nivel deglutorio, el contacto continuo con el contenido ácido altera la sensibilidad y la coordinación al tragar. Muchas personas pueden notar molestias, atragantamientos o sensación de “nudo en la garganta”.
Y en la voz…, el ácido irrita la laringe y las cuerdas vocales, causando disfonía, ronquera o pérdida de la voz. La sensación de “voz cansada” o de tener que hacer más esfuerzo para hablar es muy común.
Estos efectos no son solo físicos: también impactan en la comunicación, la autoestima y la relación con el propio cuerpo.
La recuperación es posible.
El trabajo conjunto entre psicología, logopedia, nutrición y medicina ayuda a reparar el daño, mejorar la voz y recuperar una relación sana con la alimentación y con uno mismo.
Cuidar la voz también es cuidar de ti.