15/05/2025
A los 8 años descubrí que me encantaba el fútbol, durante unos años en los que viví con mi familia en Montevideo.
Encontré algo que me apasionaba, cada tarde, con mis amigos, en el parque, disfrutábamos jugando. Yo, era portera 😁
Al regresar a España, la historia fue diferente. Mis compañeros de clase me excluían de este juego por el simple hecho de ser chica. Dejé de jugar (como tantas chicas) y me distancié de este deporte.
A mi hijo le encanta, también es portero 🥰 Lo acompaño a sus entrenamientos, veo partidos con él, incluso en alguna ocasión he ido al estadio. A mí también me gusta el deporte, pero no las cosas que, lamentablemente, suceden en el fútbol y que ya todos conocemos.
A veces me gusta pensar que la vida nos trae a las personas que necesitamos en cada momento, para aprender, para resolver algo que nos pasa…no sé, simplemente me gusta pensarlo así.
Este curso ha llegado a nuestra escuela una familia que, según mi fantasía, ha llegado para reconciliarme con el fútbol, para enseñarme la parte amable (que también la tiene, aunque la vemos menos), para recordarme que pueden cambiarse las cosas si crees en lo que realmente haces y que sí, que el respeto y el vínculo que se establece con las personas es y será siempre, no lo único, pero sí lo más importante.
Cuando vinculas, crees, sientes y compartes y eso hace que la fuerza que toman las cosas sea poderosa.
Gracias , gracias porque sin saberlo, mirad todo lo que movéis en los demás.
Deseo de todo corazón que vaya genial