10/09/2025
Validando emociones 🥰😃🥹😂😖🥺😡😤cuando “no pasa nada” sí pasa…
El otro día, 👦🏽 llegó frustrado porque no había sido el primero, no recuerdo bien en qué. Mi respuesta automática fue: “no pasa nada,,👦🏽”. Y su respuesta fue tan clara como contundente: “sí, mamá, claro que pasa”. Y tenía razón. Para él, en ese momento, sí pasaba. Estaba pasando un mal rato.
A veces, con la mejor intención de consolar, minimizamos lo que el otro siente. Lo hacemos para aliviar el dolor rápido, para “arreglar” la situación, o porque nos duele verlo mal. Pero cuando invalidamos, por pequeño que parezca el motivo, el mensaje que se cuela es: “lo que sientes no es importante, no debería afectarte”. Y eso desconecta.
Validar no es exagerar ni fomentar la queja. Validar es reconocer la experiencia emocional del otro como cierta. Es decirle: “te veo, te escucho, tiene sentido que te sientas así”. Esa validación no soluciona mágicamente el problema, pero abre la puerta a la calma, a la conexión y al aprendizaje.
Y si ya dijimos “no pasa nada”, siempre se puede reparar: “Me doy cuenta de que te dije que no pasaba nada, y sí pasaba para ti. Gracias por decírmelo”. Ese gesto también enseña: corregir es parte de aprender.
Pequeño mantra para recordar: primero conexión, luego corrección. Cuando validamos, no solo calmamos el momento; también le damos a nuestros hijos una brújula interna para navegar sus emociones toda la vida.