23/11/2025
LA EVOLUCIÓN DEL PARTO. PARIR ES UN ACTO BIOLÓGICO:
Durante 300.000 años, las mujeres parieron acompañadas por la Naturaleza: al calor del fuego, bajo la luz del amanecer o dentro de una cueva tibia. Siempre en posición instintiva, sostenidas por otras mujeres, acompañadas por la tribu. El parto era fisiología pura, silencio, presencia, piel con piel inmediato y placenta y corte del cordón respetados.
Hace unos 2.000 años, el nacimiento seguía siendo un acto íntimo y comunitario: la madre rodeada de parteras, familiares, aceite tibio, telas y hierbas. El cuerpo tenía libertad, el bebé llegaba lentamente, siguiendo el ritmo que marcaba la biología.
En 1930, muchas mujeres aún parían en casa, acompañadas por vecinas, comadronas y familia. La luz era cálida, el ambiente humano, las manos que asistían eran manos conocidas. El nacimiento seguía siendo un acontecimiento familiar, no hospitalario.
A mediados del siglo XX, todo cambió. El parto se trasladó a hospitales, se volvió técnico, frío, controlado, sobremedicalizado. Un rey impuso una posición que favorecía observar el nacimiento…no favorecer a la mujer. Esa postura —tumbada, pasiva, antinatural— se extendió por todo el mundo, alejándonos de la sabiduría que guardamos de nuestras ancestras.
En los años 50 y 70, el parto se convirtió en un acto médico. La mujer pasó de ser protagonista a ser paciente: Luz blanca, instrumentos, prisas, no respeto por el parto.
En los 90, la medicalización alcanzó su punto máximo: protocolos rígidos, luces LED, separación temprana, piel con piel retrasado. La fisiología quedó relegada a un rincón.
Hoy, en 2025, estamos abriendo los ojos otra vez. La ciencia confirma lo que la biología sabía desde el comienzo: parir es un acto fisiológico, es biología y es mamífero. También sabemos que necesita oscuridad, Sol, seguridad, silencio, libertad de movimiento, calor y respeto.
Cuando el parto dejó de respetarse y el embarazo comenzó a tratarse como enfermedad comenzaron a aumentar las cesarías. Muchas hoy, se pueden evitar. Lo sabemos y la ciencia lo avala. ¿Conoces las consecuencias del corte del cordón temprano? ¿Te gustaría saber más?