27/02/2023
Estas semanas en las aulas de secundaria hablamos mucho del envío de fotos con el fin de excitar. Sexting. Hablamos de qué es, de lo que implica, de que no salga tu cara o nada que te identifique. A veces, cuando sientes que puedes confiar en la otra persona no vemos tanto riesgo.
Pero también me contaban que hay opciones seguras como la posibilidad que da WhatsApp de enviar una foto que solo pueda verse una vez. Con esa opción, además, no es posible hacer una captura de pantalla. Aquí siempre hay quien intenta sacar peros, " si te vas a tareas y si lo haces muy rápido igual sí", (pero lo cierto es que tampoco), "la otra persona puede tener otro móvil o una tablet a mano y sacar una foto"... Miedos. Siempre hay miedos. ¿Qué implica que haya miedos? Esa amígdala hiperreactiva, esa corteza prefrontal en pleno desarrollo, esa búsqueda de la recompensa... Y entre todo este meollo, decidir si enviar una foto o no en un crecimiento a base de ensayo y error. ADOLESCENCIA.
Mi herramienta es generar debate, que se acuerden del mismo cuando envíen esa foto y se acuerden de esas claves de anonimato.
Hoy en clase también han estado comentando sobre si prefieren dar su "insta" o su número (WhatsApp) cuando conocen a alguien. Prefieren el insta pero, ¿No se comparte ahí más información? Sí, pero también se bloquea fácilmente. El poder de la inmediatez.
Aprovecho para agradecer a todos esos seres maravillosos que me aguantan con mis pruebas de fotos, aplicaciones y trucos.
Mañana más y si estás en contacto con adolescentes, quizá puedas aprovechar a preguntarles. "Ayer leí a una sexóloga que comentaba esto, no tenía ni idea, ¿Tu sabías que WhatsApp daba esa opción? ¿Me cuentas cómo se hace? ¿Qué te parece?" Si lo haces, me encantaría leerte.