27/11/2021
Los ayuntamientos son conceptos vacíos. Un ayuntamiento es nada, es una casa, un edificio con paredes y techo. Cuando se pide ayuda a un ayuntamiento no se le está hablando a las piedras, ladrillos, ventanas o demás elementos que lo forman, se le habla a las personas que trabajan allí; se le habla a las almas y a los seres humanos a los que se les confía el cuidado, la disposición, la organización y el bienestar de nuestros pueblos, de las personas y los seres vivos que les tocan por jurisdicción. Y eso es lo que me resulta lamentable y bochornoso de situaciones como esta: que en los ayuntamientos no quede ni una sola alma con empatía. Que las personas, no el ayuntamiento, las personas que obran dentro no sean capaces, ya no de deslomarse, sino de mover un puñetero dedo frente a barbaries como esta al no ser que se les amenace y se les presione. Que esa gente esté en las instituciones me da más miedo que el propio, o propios, psicópatas que perpetran actos como este. ¿Quién va a devolverles a estas criaturas el tiempo perdido? Por suerte hablamos de una historia triste con final feliz. Por suerte ellos y ellas van a tener la oportunidad de conocer el amor y las caricias y sabiendo como son, seguro que no la van a desaprovechar. ¿Cuántas otras historias como esta se nos quedan sin contar?
dog_soul_ • Original Audio