19/10/2024
EL CUENCO VACIO💜
A lo largo de décadas he ido recogiendo narraciones espirituales, parábolas y símiles, y publicándolos recopilados en diferentes obras, como "Los Mejores Cuentos Espirituales de Oriente y Occidente". Son de una gran ayuda para inspirarnos y facilitarnos válidas enseñanzas en la senda de la autorrealización. Y hay un símil que es sumamente ilustrativo y que quiero compartir con vosotros, pues a todos nos viene bien recordarlos y utilizarlo como un "toque de luz" para no dejarnos atrapar tanto por lo aparente e ilusorio. Es el símil del cuenco vacío.
Cuando somos concebidos se coloca dentro de nosotros un cuenco vacío. Uno va sumando años y experimenta un gran vacío existencial, insatisfacción, descontento, la falta de "algo" necesario para sentirse bien y que uno no sabe acertar qué es. Se siente uno incompleto y por mucho que consigue en el mundo exterior, sigue ese gran agujero psíquico que no sabemos como llenar. Debido a la ignorancia básica de la mente, creemos que ese vacío puede cubrirse con "más de lo mismo" en el mundo exterior o con toda suerte de entretenimientos y diversiones, pero a menudo el vacío se profundiza, así como la insatisfacción por no poder llenarlo.
Es un gran día aquel en el que uno descubre que ese cuenco vacío que está en uno sólo puede ser llenado por uno mismo. Y entonces uno comienza a mejorar no sólo su calidad de vida externa, sino sobre todo la interna. Uno entiende, con claridad conmovedora y transformativa, que el cuenco vacío debe ser llenado de uno mismo y no de cosas del exterior. Entonces se produce un cambio de actitud y subsiguientemente va sobreviniendo otra manera de ser más auténtica, independiente y plena. Y es entonces cuando uno comprende aquellas palabras de Buda: "Espéralo todo de ti mismo". Porque uno tiene que llenar su cuenco interior para luego compartir esa sensación de paz con los demás.💜