17/05/2021
𝐄𝐥 𝐨́𝐫𝐠𝐚𝐧𝐨 𝐦𝐚́𝐬 𝐢𝐦𝐩𝐨𝐫𝐭𝐚𝐧𝐭𝐞 𝐬𝐞𝐱𝐮𝐚𝐥𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐞𝐬 𝐞𝐥 𝐜𝐞𝐫𝐞𝐛𝐫𝐨, él puede hacer que el encuentro sea percibido como muy placentero, desastroso o neutro.
𝐀𝐝𝐞𝐦𝐚́𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐞𝐬𝐭𝐢𝐦𝐮𝐥𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐞𝐱𝐭𝐞𝐫𝐧𝐚, es decir, los estímulos percibidos a través de nuestros sentidos, visión, tacto, olfato, audición y gusto; 𝐡𝐞𝐦𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐚𝐜𝐭𝐢𝐯𝐚𝐫 𝐧𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐨𝐬 𝐞𝐬𝐭𝐢́𝐦𝐮𝐥𝐨𝐬 𝐢𝐧𝐭𝐞𝐫𝐧𝐨𝐬 𝐞𝐬𝐭𝐢𝐦𝐮𝐥𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐧𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐨 𝐜𝐞𝐫𝐞𝐛𝐫𝐨.
Es decir, 𝐜𝐫𝐞𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐨 𝐫𝐞𝐦𝐞𝐦𝐨𝐫𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐢𝐦𝐚́𝐠𝐞𝐧𝐞𝐬 𝐞𝐫𝐨́𝐭𝐢𝐜𝐚𝐬, a modo de fantasías o recuerdos.
𝐌𝐮𝐜𝐡𝐚𝐬 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐬 𝐝𝐞𝐬𝐜𝐨𝐧𝐨𝐜𝐞𝐧 𝐬𝐮𝐬 𝐟𝐚𝐧𝐭𝐚𝐬𝐢́𝐚𝐬, 𝐧𝐨 𝐬𝐚𝐛𝐞𝐧 𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐞𝐬 𝐩𝐨𝐧𝐞 𝐜𝐚𝐜𝐡𝐨𝐧𝐝a𝐬, y en la mayoría de estos casos entran en juego otros factores, como por ejemplo:
-𝐋𝐚 𝐜𝐮𝐥𝐩𝐚, 𝐥𝐚 𝐚𝐮𝐭𝐨𝐞𝐱𝐢𝐠𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚, 𝐥𝐚 𝐚𝐮𝐭𝐨𝐜𝐞𝐧𝐬𝐮𝐫𝐚, 𝐞𝐥 𝐦𝐢𝐞𝐝𝐨, 𝐞𝐥 𝐚𝐩𝐫𝐞𝐧𝐝𝐢𝐳𝐚𝐣𝐞, 𝐥𝐚 𝐡𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚 𝐟𝐚𝐦𝐢𝐥𝐢𝐚𝐫, 𝐬𝐨𝐜𝐢𝐚𝐥 𝐲/𝐨 𝐫𝐞𝐥𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐚𝐥 de las personas juegan papeles fundamentales, en la erotización.
Cuando ponemos el cerebro en marcha surgen conflictos para muchas personas:
-"Esta fantasía no es normal".
-"Si tengo a mi pareja, ¿por qué pienso en otras personas?"
- "Me siento rar@ pensando en esto".
-"Soy un@ cerd@ pensando en estas guarrerías."
No voy a mencionar 𝐞𝐬𝐭𝐞𝐫𝐞𝐨𝐭𝐢𝐩𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐠𝐞́𝐧𝐞𝐫𝐨 que suelen tener también muucha influencia, generalmente negativa y limitante, porque será algo que trataré más adelante, dándoles el espacio que se merece.
A veces hago las siguientes preguntas para explorar este terreno tan fascinante del erotismo, fantasías:
¿Recuerdas de dónde has aprendido lo que te excita?
¿Te excita realmente el erotismo que tienes con tu pareja?
¿En qué piensas para excitarte y erotizarte?
¿Te sientes mal cuando piensas ciertas cosas?
¿Censuras ciertas fantasías?
¿Para que te censuras? ¿Qué esperas conseguir? ¿Qué beneficios te aporta?
Estas son preguntas para reflexionar, para darnos un espacio y explorar en nosotr@s mism@s desde la libertad y el respeto.