24/09/2025
La cólera surge porque de un modo u otro nos sentimos heridos. El dolor ha surgido, y la absurda reacción humana, el singular instinto natural, es infligir dolor a su vez.
Hasta que no lo comprendamos no podremos cambiarlo.
No todos empiezan a infligir dolor a otros, algunos se infligen dolor a sí mismos. Se tragan la cólera, la reprimen y esta hierve dentro.
Todo ese resentimiento, preocupación y cólera se manifiesta en dolencias, falta de energía, reacciones negativas, falta de placer y felicidad.
Cuando empezamos a comprender esto, tenemos una posibilidad de cambiar, pero sólo si prestamos atención y nos damos cuenta de cuándo surge la cólera.
Cuando pisamos el freno de la atención al surgir la cólera, nos damos cuenta de que ahí hay algo inútil y nocivo al usarlo.
"Quien puede dominar la ira naciente
igual que refrena un carruaje,
a él le llamo un verdadero auriga;
meros asideros de riendas son las otras gentes"
Dhammapada, v.222
Ayya Khema
"Siendo nadie, yendo a ninguna parte"
Meditaciones budistas
Ediciones Indigo