01/10/2025
Reflexiones hacia el cambio y los sueños:
Rememoro con nostalgia tras 10 años pasados ya de su partida, aquella tarde sentados en la terraza de un restaurante en la Playa de Las Canteras en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria como si fuera ahora, veo la luz tornándose gradualmente hasta lucir de color anaranjado en el cielo, digno de un atardecer en Las Canteras. Era domingo, observaba el relax de las personas paseando por la orilla de la playa y tantas otras, tumbadas en la arena, jugando con las olas, riendo, felices.
Nosotros dos, padre e hijo, nos quedamos en la mesa mientras el resto de la familia se disponían para bajar a la playa para replicar la experiencia de otros con las olas del mar.
Observaba todo ese movimiento como en cámara lenta, mientras que en segundo plano y sin ser consciente todavía de lo que me esperaba, se creaba un espacio íntimo para quedarme a solas con mi padre y compartir un eterno ahora que no volvería jamás pero que sí que lo recordaría para siempre.
!Oye, Javier¡ eso que estas haciendo ¿qué es? me preguntó:
Se hizo un breve silencio, respiré y mirándole con ternura, le conté largamente toda la historía, desde oriente hasta occidente, el tiempo actual y las necesidades humanas futuras…le hice entender que era la primera vez que empezaban a tenderse puentes entre ciencia y espiritualidad para promover el bienestar de las personas, favorecer el desarrollo hacia conductas más positivas y que se abría la posibilidad como nunca antes de un gran cambio y transformación humana y social.
Así pasamos la tarde, le compartía apasionadamente mi visión y propósito de vida, y entonces llegó con sorpresa, su gran pregunta, ¿entonces hijo, las personas pueden cambiar?, yo le respondí, !sí papá, es posible¡ los seres humanos si se lo proponen, si lo desean de corazón o con una fuerte voluntad, pueden cambiar y esto es lo que voy a hacer y a lo que me voy a dedicar el resto de mis días con Mindfulness.
Y nos quedamos sentados, tranquilos, observando el atardecer y compartiendo lo que sería, los últimos tragos de un Gintonic.