30/07/2014
Desgraciadamente, cada año se producen algún caso de ahogo en las públicas o privadas y diversos casos de traumatismos ocasionados para caídas accidentales. Hoy desde Mamisland queremos remarcar ciertas recomendaciones para los más pequeños de la casa.
· Es conveniente enseñar a nadar a los niños lo antes posible. Es una medida que puede evitar el riesgo muchos ahogos.
· No deje a los niños ni un momento solos cuando estén bañándose o en el entorno de la piscina. Procure que nunca queden fuera de su campo de visión mientras estén en el agua. Recuerde que solo 2,5 cm de profundidad son suficientes para cubrir la nariz y la boca de un niño, si cae hacia adelante.
· Hágales respetar un mínimo de dos horas, para bañarse, después de comer.
· No permitas que entren de golpe en el agua la primera vez que se bañen, después de comer, de haber tomado mucho rato el sol o de haber hecho un ejercicio físico intenso.
· Evite que se tiren de cabeza sin comprobar que la profundidad es suficiente y que no hay elementos o personas contra los que puedan chocar.
· Esté atento a las señales de seguridad de la piscina por lo que se refiere al uso de trampolines, palancas o toboganes, así como de la que hacen referencia a la profundidad.
· Evite que sus hijos jueguen a darse empujones alrededor de la piscina, a saltar el uno por encima del otro, a hundirse, a tirarse "en cadena" por los toboganes, etc., y hacer que respeten las normas de seguridad de las instalaciones.
· Los niños que no saben nadar deben llevar puesto un dispositivo (chaleco salvavida, "burbujita", etc.) adaptado a cada edad, que favorezca la flotabilidad y que mantenga la cabeza del niño fuera del agua.
· Además, en el caso de piscinas de casas particulares, el uso de vallas protectoras alrededor de la piscina puede evitar el acceso de los niños y su caída accidental.