04/11/2025
A veces creemos que estamos recibiendo apoyo emocional, cuando en realidad estamos dependiendo emocionalmente, y eso puede ser tan sutil que cuesta verlo. Lo confundimos con amor, con intimidad, con conexión profunda.
Sentirnos escuchados, sostenidos o acompañados por nuestra pareja es parte de una relación sana. Pero cuando ese apoyo se convierte en nuestra única fuente de calma, validación o sentido, puede transformarse en una dependencia que nos aleja de nosotros mismos.
¿Dónde está el límite?
Cuando aparece el miedo constante al abandono, la creencia de que sin el otro “no soy nada” o la incapacidad de calmarme si no está presente, ya no hablamos de amor: hablamos de apego no resuelto.
El apoyo emocional real no anula tu individualidad, la potencia. No te hace más pequeño, te ayuda a crecer.