20/10/2025
Durante mucho tiempo creí que solo había dos opciones: hacerlo perfecto o no hacerlo. O comía “perfectamente bien” o no me merecía la pena. O entrenaba todos los días o sentía que no valía la pena el sacrificio.
Pero la verdad es que la vida no funciona en extremos. Esto es algo que me ha llevado mucho tiempo entender, y posiblemente es el paso que tienes que conseguir dar, para que todo encaje de una vez.
El progreso real está en esos pequeños cambios que pasan desapercibidos: en elegir fruta cuando antes no lo hacías, en cocinarte algo en lugar de pedirlo, en escuchar tu cuerpo sin castigarlo.
Porque si tus hábitos no cambian, el número de la báscula tampoco significa nada.
Y si tus hábitos mejoran, ese número deja de importar.
Empieza a mirar todo lo que sí estás consiguiendo. Porque es muchísimo 💛