05/08/2023
Este año he llegado a sentir muy fuerte que hasta hacer hueco para ver a mis amigos, era una tarea que hacer, un deber. Combinarme para tener tiempo de calidad con mi pareja, también suponía un esfuerzo de tener que terminar todo lo que tengo que hacer o lo maximo que pueda, para tener ese momento libre de calidad. Podría poner muchos ejemplos del mismo estilo… Luego, disfruto mucho de esos momentos de calidad con mi gente o conmigo misma y los deseo, y el simple hecho de verme con una dinámica de ese tipo para momentos tan personales, que necesito, y me hacen mucho bien, hizo que saltaran mis alarmas. Intente poner conciencia y remedio.
Normalmente, durante toda mi vida, me recuerdo haciendo muchas cosas y esforzándome por llegar a todas. Es cansado. Quizá, antes no me daba cuenta de hasta que punto actuaba así y pasaba por encima de mi agotamiento, entre otras cosas. Este año al verme de esta manera tan extrema, lo detecté, y probablemente es el extremo al que he llegado en muchas ocasiones sin enterarme de lo que significaba. Sin conciencia.
Voy encontrando el equilibrio, hay una parte de esforzarme y hacer, que busco de una forma innata y es lo que quiero. Y hay otra, que de un modo extremo, me deja totalmente anestesiada, agotada, acelerada y desconectada de mi, hasta que la vida se encarga de pararme o paro y me invade una tristeza, un vacío, un sopor y una pereza, abrumadora.
Supongo que como todo, el equilibrio es la mejor opción. Y ahí estoy, buscándolo día a día, tratando de observarme y escucharme. De darme cuenta.
