01/07/2024
Cuánto tiempo invertimos en descifrar la conducta del otro.
Podemos pasarnos horas y horas buscando la razón de por qué hace o no aquello tal persona. Por qué me contestó así, por qué hizo tal o cual acción...
Podemos sacar mil y una explicaciones que, a menudo, se ve desbaratadas por la realidad. Pensamos que estaba enfadada, nos preparamos para el golpe, sufrimos inmensamente por ello, y resulta que nada más lejos de la realidad. Sólo estaba en otros menesteres.
No sé cuántas horas en terapia se invierten en entender, descifrar, comprender a personas que no están allí.
Y, honestamente, no creo que dedicar un tiempo a intentar entender por qué la otra persona se comporta de tal manera sea malo. Al revés, a veces está bien hacer autocrítica por si tuviera algo que ver con una acción nuestra. Pero existe un límite.
Llega un punto que nos tenemos que preguntar: ¿yo merezco ese trato?
Devolvamos la responsabilidad donde está. Si nos hemos equivocado, merecemos que nos lo digan. No somos videntes, no tenemos una bola de cristal.
De verdad necesitamos poner los pies en la tierra y preguntar si yo quiero o merezco ese trato de la otra persona. Si quiero a mi lado una persona a la que no consigo entender. Y, asociado, ¿por qué paso tanto tiempo descifrando y dando vueltas y vueltas a lo que hacen los otros? ¿Qué estoy buscando?
Con cariño 🧡
Olaya