19/10/2025
Cibeles y yo, Virginia DIRECTORAS de CENTRO DE PSICOLOGÍA Y ORIENTACIÓN MONTECARMELO, hemos acudido al IV Congreso Nacional de Altas Capacidades, celebrado en la UCM, en Madrid.
Un reencuentro especial, 25 años después de realizar mis primeras evaluaciones de superdotación, tanto en nuestra Consulta Privada como desde mi rol de Orientadora Escolar.
Hoy, seguimos aprendiendo de las últimas investigaciones sobre neurodivergencias.
Recuerdo bien aquellos comienzos...
No teníamos apenas material para hacer buenas evaluaciones. Nos guiábamos por el modelo de superdotación de Renzulli, y “maquinábamos” para construir baterías de pruebas que nos permitieran tener una visión amplia:
WISC, WPPSI, BAS, entrevistas a padres y profesores, escalas de aprendizaje y de motivación, test de estrés académico, STAIC...
Y cuando se trataba de medir la creatividad... ¡ahí estaba yo traduciendo el Torrance del francés para poder hacer una discriminación adecuada y tomar decisiones informadas!
Los criterios eran rígidos: si en el WISC obtenían un CI de 130, ya se consideraban superdotados; si era 128, ya no... ¡Qué caminos tan difíciles! Pero era lo que había, y nosotras lo hacíamos con compromiso y vocación.
En mi caso, me apoyaba en lecturas clave como José Ramón Rayo Lombardo, Howard Gardner, entre otros.
Siempre tuve claro que no debía cambiarse a los niños de colegio por su CI. Explicaba a las familias que, aunque su cociente intelectual correspondiera a una edad superior, su edad cronológica seguía siendo la misma. Por eso, apostábamos por adaptaciones curriculares dentro del aula y no por aceleraciones apresuradas.
También trabajábamos con los profesores, desmontando mitos sobre las altas capacidades e invitándoles a mirar más allá de los estereotipos.
En consulta, enseñábamos a niños, niñas y adolescentes habilidades sociales, regulación emocional, y les ayudábamos con reestructuración cognitiva. Les hacíamos ver que podían entender a los demás, y que tenían el poder para ser felices… y que nosotros les íbamos a acompañar en ese camino.