08/10/2025
La vuelta a la rutina a veces nos puede producir un poco de bajón. Sin embargo, cada momento de tu día, estés donde estés, te ofrece una experiencia digna de ser vivida, aunque sea de camino al trabajo o haciendo la compra.
Se trata de experimentar la vida de manera directa: ya sea disfrutando de los árboles durante un paseo por el parque, sintiendo el sol en la piel mientras esperas el autobús o percibiendo el cambio de color de las hojas con la llegada del otoño. La práctica de mindfulness te invita a entrenar tu atención para liberarte del ciclo interminable de pensamientos y preocupaciones. Te enseña a “apagar” ese constante tráfico mental que puede llevarte a la rumiación y a estados bajos de ánimo y te anima a sumergirte plenamente en el momento presente. El objetivo es simplemente conectar con tu experiencia inmediata a través de todos los sentidos, en lugar de quedarte atrapado en tus pensamientos que te separan e impiden disfrutar del momento y, por lo tanto, de cada uno de los días de tu vida, que son un maravilloso regalo que damos por sentado y a menudo no sabemos disfrutar.
No necesitas nada especial para hacerlo, solo la intención de estar atento y, cuando te des cuenta de que tu mente se ha ido del momento presente, a algún pensamiento o preocupación, devuelves tu atención a las sensaciones de aquello que estés haciendo. Y si pones una sonrisa, todavía mejor: sonríe cuando te has dado cuenta de que tu mente se va y sonríe cuando la traes de vuelta, verás como te ayuda. Y repite este proceso una y otra vez, ese es el entrenamiento. Verás que la sensación de cada día vivido así es enormemente gratificante.
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