26/11/2025
No toda activación del sistema de alarma es un trastorno: saber diferenciarlo es clave clínica.
La ansiedad es una respuesta humana universal que, a veces, se vive como una aliada; nos mantiene atentos, nos ayuda a rendir mejor y a reaccionar ante los peligros. Pero, otras veces, se convierte en una sensación de amenaza constante, difícil de controlar, que invade la vida cotidiana. Diferenciar cuándo estamos ante una reacción esperable al estrés y cuándo hablamos de un cuadro clínico es clave para evitar dos riesgos opuestos: normalizar un sufrimiento que necesita tratamiento o, por el contrario, patologizar cualquier emoción intensa.
Desde la neurociencia y la psicología evolutiva se describe la ansiedad como un sistema de alarma que ha favorecido la supervivencia de nuestra especie. El organismo se activa ante señales de posible peligro para prepararnos a reaccionar con mayor rapidez y eficacia. El estudio “Anxiety: An Adaptive Emotion” (puedes verlo aquí 📲 https://bit.ly/4pjS0Jl) describe esta activación como una emoción adaptativa, resultante de millones de años de selección natural, que coordina respuestas fisiológicas, cognitivas y conductuales para afrontar amenazas reales o probables.
¿Quieres saber más sobre cómo diferenciar la ansiedad adaptativa de la patológica? ¡Te lo contamos aquí! 📲https://bit.ly/49HxVrM