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Belén Picado Psicología Psicoterapia y desarrollo personal desde una perspectiva integradora: EMDR, Gestalt, hipnosis...

¡Feliz domingo!Viñeta: Tute
23/11/2025

¡Feliz domingo!

Viñeta: Tute

En su versión de “Frankenstein”, el clásico de Mary Shelley, Guillermo del Toro ofrece una historia sobre la soledad, el...
22/11/2025

En su versión de “Frankenstein”, el clásico de Mary Shelley, Guillermo del Toro ofrece una historia sobre la soledad, el abandono y la búsqueda de identidad.

(Disponible en Netflix)

🎥Victor Frankenstein (Oscar Isaac), un joven científico marcado por la pérdida de su madre y obsesionado con vencer a la muerte, crea una criatura (Jacob Elordi) a partir de fragmentos de cadáveres. Sin embargo, no tarda en rechazarla y abandonarla.

Reflexiones (hay spoilers):

⚡La criatura como espejo de su creador. Victor ve en la criatura lo que le cuesta aceptar de sí mismo: su miedo, su vulnerabilidad y su necesidad de amor. Lo que llama “monstruo” es, en realidad, una parte de él que nunca supo cómo sostener. Por eso la teme y la rechaza. Lo que intenta apartar no es solo a la criatura, sino lo que ella le revela de sí mismo.

⚡Un símbolo de nuestras partes heridas. Hecha de fragmentos, la criatura nos recuerda que todos cargamos con historias complicadas, cicatrices y el deseo de ser aceptados. Su búsqueda de cariño refleja una necesidad muy humana: sentir que merecemos un lugar, incluso con nuestras imperfecciones.

⚡Sentirse visto. Tanto Victor como su creación buscan reconocimiento. Uno quiere ser admirado; el otro, comprendido. Y ambos fracasan. Cuando nadie nos ve de verdad, podemos actuar desde la desesperación, incluso dañando lo que más queremos. Al fin y al cabo, nos construimos a través de la mirada del otro.

⚡Un duelo no elaborado. La muerte de la madre de Victor es el origen de su obsesión. Intenta crear vida para no enfrentar esa pérdida, como si pudiese reparar lo que ya no tiene solución Esa lucha constante por negar el dolor solo aleja de sí mismo y de quienes les rodean.

⚡Crecer sin el afecto paterno. Victor crece con un padre exigente y distante, y en su necesidad de demostrar que vale acaba repitiendo el mismo patrón: rechaza a su criatura por no ser como esperaba, igual que hicieron con él.

⚡El miedo a lo diferente. La criatura intenta acercarse, pero se encuentra con el rechazo que provoca su aspecto. Lo desconocido nos asusta porque nos recuerda nuestra fragilidad. Aceptar lo distinto implica también aceptarnos a nosotros mismos.

Cuentan que una vez un gigante se cruzó en el camino con la Muerte y tras un duro combate la derrotó, dejándola tan débi...
21/11/2025

Cuentan que una vez un gigante se cruzó en el camino con la Muerte y tras un duro combate la derrotó, dejándola tan débil que no podía levantarse del suelo. Poco después pasó por allí un joven que, al verla en tan mal estado y sin saber quién era, le ofreció agua y esperó a que recobrara las fuerzas.

—¿Sabes a quién has socorrido? —le preguntó la Muerte cuando pudo hablar.

—No, no te conozco.

—Soy la Muerte—dijo ella—. No puedo perdonar a nadie, pero para que veas que soy agradecida, te prometo que no te llevaré de manera imprevista, sino que te enviaré antes a mis emisarios para que te avisen.

El joven marchó tranquilo, convencido de que viviría mucho tiempo y de que sabría reconocer la llegada de la Muerte cuando esta se acercara.

Pasaron los años. El muchacho envejeció, sus cabellos se tornaron blancos y su cuerpo perdió fuerza.

Enfermedades, dolores y cansancio comenzaron a visitarle, pero siempre se decía:

—No moriré todavía; la Muerte prometió enviarme un aviso, y aún no ha llegado.

Hasta que un día, sintió una mano en el hombro. Al volverse, vio a la Muerte frente a él.

—Ven conmigo —le dijo—, ha llegado tu hora.

El anciano se indignó:

—¡No puede ser! Me diste tu palabra de que me avisarías. No he recibido ninguno de tus mensajeros.

La Muerte lo miró con serenidad y respondió:

—¿De veras crees que no te he avisado? ¿No te envié la fiebre y el dolor? ¿No temblaron tus manos, no se nubló tu vista, no te fallaron las rodillas? ¿No sentiste cada noche cómo el sueño te recordaba mi presencia? Todos ellos fueron mis mensajeros.

El hombre guardó silencio. Comprendió entonces que la Muerte había cumplido su promesa, y, sin decir más, la siguió en paz.

(Versión inspirada en el cuento Los Mensajeros de la muerte, de los Hermanos Grimm)

REFLEXIÓN ⏳

Curiosamente, la primera vez que leí este cuento no pensé en la muerte, sino en la vida, y en cómo siempre nos avisa… pero casi nunca la escuchamos.

Nos habla a través del cuerpo, con síntomas que preferimos ignorar; a través de emociones que intentamos tapar porque nos incomoda sentirlas; o repitiéndonos situaciones que nos invitan a mirar lo que no queremos ver.

Pero en lugar de hacer caso, les quitamos importancia: “Ya pasará”, “solo es una etapa”, “no quiero pensar en eso ahora”.

Y seguimos, confiando en que todo se arregle por sí solo, hasta que ocurre algo que ya no nos permite mirar hacia otro lado. Entonces decimos que no lo vimos venir, cuando en realidad los avisos estaban ahí desde hacía tiempo.

Quizá el aprendizaje esté en no ver esas señales como amenazas sino como una oportunidad para cuidar lo que hemos estado descuidando, para soltar lo que ya no nos hace bien y para escuchar lo que la vida lleva tiempo intentando decirnos… antes de que sea demasiado tarde.

El momento adecuado no existe, nos toca crearlo. No dejes que el miedo y la indecisión te paralicen con engañosos argume...
20/11/2025

El momento adecuado no existe, nos toca crearlo. No dejes que el miedo y la indecisión te paralicen con engañosos argumentos y arriésgate a luchar por lo que quieres. Puede que no lo consigas. Pero... ¿y si lo logras?

Las personas no nos alteramos tanto por lo que nos sucede como por el modo en que interpretamos lo que nos sucede. Son n...
19/11/2025

Las personas no nos alteramos tanto por lo que nos sucede como por el modo en que interpretamos lo que nos sucede. Son nuestras propias creencias irracionales las que nos generan sufrimiento y malestar emocional, llevándonos a interpretar la realidad de un modo poco adaptativo. Para cambiar nuestro modo de interpretar esos pensamientos, antes tenemos que tomar conciencia de ellos y comprender cómo influyen en nuestros estados emocionales.

Nuestras creencias y expectativas pueden afectar, y mucho, a las cosas que nos pasan. Y no, no es magia ni tenemos el do...
18/11/2025

Nuestras creencias y expectativas pueden afectar, y mucho, a las cosas que nos pasan. Y no, no es magia ni tenemos el don de la adivinación. Lo que está detrás es un fenómeno que nos predispone a actuar de cierta forma que hace que esa creencia o ese pensamiento que teníamos se acabe cumpliendo. En el artículo de esta semana os cuento qué es la profecía autocumplida, cuántos tipos hay y, además, os doy algunas pautas para ayudaros a desactivarla.

A veces nuestras creencias son tan fuertes que actuamos de un modo que favorece que ocurra aquello que temíamos. Es la profecía autocumplida.

No es lo mismo decir “soy depresiva” que “estoy pasando por una depresión”. En el primer caso, convertimos una experienc...
17/11/2025

No es lo mismo decir “soy depresiva” que “estoy pasando por una depresión”. En el primer caso, convertimos una experiencia difícil en una etiqueta que parece definirnos. En el segundo, la situamos como lo que realmente es: algo que estamos viviendo, no algo que somos.

Los diagnósticos pueden ser útiles porque nos ayudan a entender qué nos pasa, a ponerle nombre y a dar pasos hacia el apoyo que necesitamos. Pero también pueden convertirse en un obstáculo si empezamos a vernos únicamente a través de esa etiqueta. Cuando un diagnóstico se convierte en identidad, corremos el riesgo de interpretar nuestra vida —pasado, presente y futuro— desde ese único filtro.

Y ninguna etiqueta, por ajustada que parezca, alcanza a describir todo lo que somos. Las personas no cabemos en una categoría clínica. Tenemos historias únicas, formas diferentes de vivir el dolor, y también maneras distintas de salir adelante.

Decir “soy depresiva” puede llevarnos a asumir que somos así y no hay margen para el cambio. En cambio, “estoy pasando por una depresión” deja abierta la puerta a entender, al cuidado y a la posibilidad de ir sintiéndonos de otro modo.

Elegir el verbo “estar” en lugar de “ser” marca una diferencia importante. Nos recuerda que esto que sentimos ahora no tiene por qué ser para siempre. Que hay malestar, sí, pero también posibilidades. Que pedir ayuda tiene sentido.

¡Feliz domingo!
16/11/2025

¡Feliz domingo!

Cuenta la leyenda que existía un pueblo donde los incendios eran tan frecuentes que apenas quedaban casas en pie. Cada c...
15/11/2025

Cuenta la leyenda que existía un pueblo donde los incendios eran tan frecuentes que apenas quedaban casas en pie. Cada cierto tiempo, el fuego arrasaba con todo: hogares, cosechas y esperanzas.

Cansados de tanta destrucción, los habitantes decidieron reunirse para encontrar una solución definitiva. En medio del bullicio y las discusiones, un joven intervino:

—He oído que, al otro lado del bosque, hay un pueblo muy parecido al nuestro donde nunca se producen incendios. Podría ir hasta allí y averiguar cuál es su secreto.

La idea entusiasmó a todos, así que el muchacho emprendió el viaje. Tras un largo camino, llegó al pueblo y fue recibido por sus vecinos, que escucharon su historia con atención.

—No es que tengamos menos incendios que vosotros —le explicaron—, simplemente los apagamos antes. Cuando alguien ve fuego, toca un clarín para avisar y entre todos lo apagamos enseguida.

El joven regresó contento y contó su descubrimiento. Los vecinos, convencidos de haber hallado la solución, compraron un clarín y lo colocaron con orgullo en la plaza del pueblo.

Pero, pasado el tiempo, los incendios continuaron devastándolo todo. La gente veía el clarín, pero nadie sabía cómo hacerlo sonar.

(“El fuego y el clarín”, de Jorge Bucay)

REFLEXIÓN 🔥

A veces intentamos resolver nuestros problemas imitando lo que hacen los demás. Pensamos: “Si a esa persona le funcionó, seguro que a mí también”. Pero no siempre es así. Lo que resulta útil para otro puede no servirnos a nosotros, porque cada uno parte de un punto distinto y tiene sus propios recursos y limitaciones.

El cambio no consiste en copiar o imitar, sino en comprender. En aprender a usar nuestras propias herramientas, en lugar de acumular ideas ajenas que no sabemos aplicar.

Además, todo cambio requiere implicación, compromiso y constancia. No basta con hablar de lo que habría que hacer; hay que hacerlo. Solo cuando participamos activamente en nuestro propio proceso —cuando dejamos de esperar que algo externo lo resuelva por nosotros—, empezamos de verdad a generar los cambios que necesitamos.

Porque de nada sirve tener recursos si no los ponemos en práctica.

La mejor forma de protegernos de quienes utilizan la adulación para manipular  es fortalecer nuestra autoestima, valorán...
14/11/2025

La mejor forma de protegernos de quienes utilizan la adulación para manipular es fortalecer nuestra autoestima, valorándonos y aprendiendo a poner límites. Cuando nos queremos de verdad, ya no necesitamos —ni dependemos— de los elogios ajenos.

Esta noche, a las 22.10, La 2 de Televisión Española emite “La ballena”, una película que aborda temas como la obesidad,...
13/11/2025

Esta noche, a las 22.10, La 2 de Televisión Española emite “La ballena”, una película que aborda temas como la obesidad, la salud mental, la culpa y la búsqueda de redención. No es una historia fácil: por momentos es dura e incómoda, pero también deja mucho sobre lo que reflexionar.

(Disponible en RTVE Play, tras su emisión, y en Prime Video)

🎥Charlie (Brendan Fraser), un profesor con obesidad mórbida que vive recluido en su casa, intenta reconciliarse con su hija adolescente mientras su salud se deteriora.

Para pensar:

🌊 La comida como refugio y castigo. Para Charlie, comer no es solo alimentarse. Es su manera de anestesiar el dolor cuando la culpa y la soledad se hacen insoportables y, a la vez, una forma de castigarse. Busca alivio, pero también se castiga por lo que perdió y por haber abandonado a quienes quería. Comer también se convierte en su manera de seguir vinculado al mundo: a través de los pedidos de pizza, las visitas de Liz.

🌊 Cuando la ira tapa el dolor. Detrás del enfado de Ellie hacia su padre hay tristeza, decepción y una profunda herida de abandono. En su relación con Charlie se ve cómo el rencor puede ser una forma de seguir unida a él, aunque sea desde la rabia, y cómo la reparación emocional, aunque no borra el pasado, puede aliviar parte del daño y abrir un pequeño espacio para el acercamiento.

🌊 El fantasma de la depresión. Charlie ha perdido el interés por todo y apenas se cuida. Come sin hambre, evita salir y mostrarse a sus alumnos porque se avergüenza. Cada día repite la misma rutina, como si ya no esperara nada bueno de la vida. En un momento dice: "¿Quién podría querer que yo fuera parte de su vida?". Esa frase muestra cómo se ve a sí mismo: alguien que ya no se siente valioso ni necesario para nadie.

🌊 El peso de la culpa. El protagonista de la historia no se ha perdonado por haber abandonado a su hija ni por la muerte de su pareja. Esa culpa lo consume y lo paraliza. Busca redimirse, pero teme que ya sea demasiado tarde. Su deterioro físico refleja ese desgaste interior y el temor de no ser digno de perdón ni de una segunda oportunidad.

🌊 La ballena y lo que representa. El título de la película está ligado a la novela “Moby Dick”, de Herman Melville, que aparece varias veces en la película y a la que Charlie da un significado muy personal. Ese texto se convierte para él en un símbolo de consuelo y esperanza. La ballena no alude solo a su cuerpo, sino también a esa conexión con una historia de búsqueda, soledad y lucha que también es la suya.

Cuando una persona llega a consulta, suele hacerlo porque quiere dejar de sentir ansiedad, miedo, rabia... Quiere ser má...
12/11/2025

Cuando una persona llega a consulta, suele hacerlo porque quiere dejar de sentir ansiedad, miedo, rabia... Quiere ser más libre, menos controladora, más segura. En definitiva, quiere quitarse algo que le pesa.

Pero en terapia aprendemos que nada aparece por casualidad. Detrás de cada emoción o conducta hay una historia y, casi siempre, una función protectora. Aquello que hoy nos limita, es muy probable que, en otro momento, nos ayudase a sobrevivir emocionalmente.

Pensemos en alguien que aprendió a callar para evitar discusiones. Quizá creció en un entorno donde hablar era peligroso, donde el silencio era la única forma de estar a salvo. Esa “valla” le protegió entonces, pero hoy le impide expresar lo que siente y pedir lo que necesita.

Por eso, antes de intentar cambiar un patrón, conviene preguntarse: ¿De qué peligro nos salvó? ¿En qué momento fue útil? ¿Sigue teniendo sentido mantenerla en pie?

Muchas de nuestras defensas se levantaron en momentos difíciles y, de algún modo, nos ayudaron a seguir adelante. El problema surge cuando seguimos recurriendo a ellas incluso cuando ya no hacen falta.

La tarea terapéutica no consiste en derribar esas vallas de golpe, sino en entender su función, agradecer lo que hicieron por nosotros y construir algo más flexible que pueda ocupar su lugar. Solo cuando comprendemos el porqué de una defensa y contamos con nuevos recursos emocionales, podemos desmontarla sin desmoronarnos.

En el fondo, no se trata de borrar partes de nosotros, sino de reconciliarnos con ellas. De entender que incluso lo que un día nos limitó nació de un intento de cuidarnos. Y cuando llega ese momento de comprensión, ya no hace falta derribar la valla: simplemente se abre la puerta y seguimos caminando.

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Belén Picado García

Psicóloga General Sanitaria experta en duelo. Colegiada nº M-32203. Especialista en EMDR, Terapia Gestalt y Psicoterapia e Hipnosis Ericksoniana. Trabajo en consulta privada ofreciendo terapia presencial, online y a domicilio e imparto talleres de crecimiento personal a través de Matrix Psicología, proyecto del que soy socia cofundadora.