02/11/2025
La humanidad lleva toda la historia intentando mejorar su calidad de vida.
Muchos avances tecnológicos están dirigidos a hacernos la vida más cómoda y confortable.
Las palabras comodidad y confort se escuchan continuamente en relación a prácticamente todo: carreteras, muebles, vehículos, asientos de aviones, ordenadores, electrodomésticos, etc., y suelen estar asociadas a sencillez y facilidad. Es algo que parecen buscar la mayoría de las personas.
Entonces, ¿qué sentido tiene decir que hay que salir de la zona de confort?
"Salir de la zona de confort" es una expresión cuya errónea interpretación lamentablemente ha tenido una enorme divulgación.
¿Quién prefiere quitarse el abrigo y dejar de estar protegido del frío, o sentarse en el suelo sobre piedras en lugar de la comodidad de un sofá para ver la televisión o leer, o dormir sobre guijarros en lugar de un confortable colchón?
¿Acaso preferimos ir al pozo o al río a por agua en lugar de abrir el grifo?
¿Por qué hay que abandonar la comodidad? Es un contrasentido, máxime cuando solemos dirigir nuestros esfuerzos a que todo sea más fácil y sencillo.
La idea de salir de la llamada "Zona de Confort" toma sentido cuando no estamos bien en nuestra situación, pero no nos atrevemos a hacer cambios por miedo a que no los consigamos o estemos aún peor.
Salir porque sí de dónde nos encontramos bien, no nos hace mejores como divulgan algunos "coach" o "influencers" de pacotilla, sin formación, ni preparación adecuadas.
Es igual de absurdo salirse de donde se está bien, como quedarse donde se está mal.
Sentir comodidad y seguridad no tiene nada de malo. Disfruta de ello.
No te creas todo lo que te dicen, especialmente si te hace sentirte mal. Cuestiona, comprueba, duda y estarás más cerca del conocimiento realista.
Cuídate, nadie lo hará por ti. Pídeme cita y te enseñaré cómo hacerlo.
Alfredo Hernández
PSICOLOGÍA DE ALTA CALIDAD
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