27/11/2025
A veces sentimos que no importa cuánto hagamos, nunca es suficiente.
Corremos, sumamos tareas, llenamos cada minuto… como si la respuesta estuviera en hacer más y más.
Pero la verdad es que no se trata de llenarte, sino de escucharte.
De detenerte un segundo y preguntarte:
¿Qué necesito de verdad?
¿Qué me está pidiendo mi cuerpo, mi mente, mi corazón?
Porque muchas veces lo que falta no es acción, sino conexión.
No es otra tarea, sino un respiro.
No es exigencia, sino presencia.
Date permiso de hacer menos y sentir más.
Eres suficiente incluso cuando descansas.
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