Consulta de Psicología Mª Dolores Mora Ros.

12/11/2025

12/11/2025

*Las máscaras de la doble moral*

La hipocresía no siempre nace del engaño consciente, sino del intento de proteger algo frágil dentro de uno mismo. Desde la psicología y el psicoanálisis, puede entenderse como una defensa: una forma de sostener una imagen coherente cuando la verdad interna amenaza con desbordar.
El semblante, esa máscara que todos construimos, no solo sirve para mostrarnos ante los demás, sino también para no confrontar lo que tememos reconocer. A veces, la doble moral surge cuando deseamos mantener dos verdades que no pueden convivir: la que mostramos y la que ocultamos para no sentir culpa, vergüenza o rechazo.
Ser así no siempre es elección, sino resultado de una lucha interna entre el deseo y la norma, entre lo que uno quiere y lo que “debería” ser.
Con el tiempo, algunos semblantes se agrietan, dejando entrever algo más real y honesto. Pero otros nunca caen del todo: son máscaras tan firmes que el sujeto termina creyendo que es su máscara. Y en esa rigidez, aunque parezca estabilidad, lo que se pierde es la posibilidad de encontrarse de verdad consigo mismo.

María Dolores Mora Ros
Psicóloga Sanitaria-Psicoanalista
Consulta de Psicología Mª Dolores Mora Ros.

09/11/2025

*El chivo expiatorio*

Hay quienes, sin saber cómo, terminan ocupando el lugar del dolor ajeno. Cargan culpas que no les pertenecen, se convierten en el desahogo de los otros para que todo siga igual. Ser el chivo expiatorio es quedar atrapado en el papel de quien sostiene el conflicto, para que los demás no tengan que mirar el suyo.

A veces no te colocan ahí, te colocas tú. Te vuelves refugio, consuelo, paño de lágrimas. Pero los paños no sienten, no viven: sólo absorben. Y quien se deja colocar en ese lugar deja de ser para convertirse en lo que los otros necesitan. Se anula, desaparece.

Entonces el cuerpo empieza a hablar. Habla con síntomas, con angustias, con dolencias que cuentan lo que no se pudo decir. Porque cuando el deseo propio se borra, el cuerpo grita.

Ser el chivo expiatorio es desaparecer sin morirse. Pero reconocerse en ese lugar puede ser el inicio de un regreso: el momento de volver a ser sujeto, y no sacrificio.

María Dolores Mora Ros
Consulta de Psicología Mª Dolores Mora Ros.
Psicóloga Sanitaria-Psicoanalista