27/07/2015
El homo patiens requiere al medicus humanus, el médico que no sólo trata como médico, sino que actúa también como hombre. El médico que no sea al mismo tiempo humano, sino sólo científico podría amputar con la ayuda de la ciencia una pierna. Pero con la sola ayuda de la ciencia no podría evitar que el amputado o el que ha de ser amputado se su***de después de la amputación o antes de ella […].
El fundador del Hospital General de Viena, el emperador José II, hizo colocar no al acaso una placa sobre la entrada con la inscripción: Saluti et solatio aegrorum; dedicado no sólo a la curación, sino también a la consolación de los enfermos. Que también esta última entra en la esfera de acción del médico nos lo hace notar la recomendación de la American Medical Association: «El médico también tiene que consolar el alma. Esto no es, ni mucho menos, misión exclusiva del psiquiatra, sino más bien tarea de todo médico que ejerce”
(Viktor E. Frankl. “Teoría y terapia de la neurosis. Introducción a la logoterapia y al análisis existencial”. Herder. Barcelona, 2001, pág. 258)