31/10/2025
El cometa interestelar 3I/ATLAS, el tercero detectado procedente de fuera del Sistema Solar, está siendo seguido por astrónomos de todo el mundo. Su paso por el perihelio está previsto para hoy, 29 de octubre de 2025 . En esa fase, dentro de la órbita de Marte, se espera que aumente su actividad: más sublimación de hielos, una cola más visible e incluso la posibilidad de que el objeto se fragmente, como ocurre con algunos cometas frágiles. Sin embargo, observarlo desde la Tierra será difícil porque estará prácticamente detrás del Sol, por lo que se recurrirá a observaciones desde sondas y telescopios espaciales.
Mientras la comunidad astronómica se centra en estudiar su composición y comportamiento para entender mejor los visitantes interestelares, Avi Loeb vuelve a generar polémica. En un artículo reciente, afirma que este perihelio será una “prueba de fuego” para determinar si 3I/ATLAS es un cometa natural o si podría mostrar indicios tecnológicos, como maniobras no gravitacionales, emisiones de calor anómalas o incluso el despliegue de mini-sondas. Loeb insiste en mantener una “humildad cósmica” y no descartar hipótesis por prejuicio terrestre.
La mayoría de astrónomos, agencias y equipos científicos mantienen la postura opuesta: no existe evidencia de que 3I/ATLAS sea artificial y, hasta ahora, su comportamiento encaja con el de un cometa interestelar natural. Las observaciones previas sugerían que desarrolla una cola y actividad cometaria como se espera de un objeto helado procedente de otro sistema estelar.
Más allá de las controversias, 3I/ATLAS es una oportunidad para estudiar material que se formó alrededor de otra estrella y que ahora atraviesa nuestro vecindario cósmico. Su perihelio y los meses posteriores serán clave para determinar si se fragmenta, si pierde masa rápidamente o si continúa comportándose como un cometa típico. Pase lo que pase, este visitante interestelar ya está permitiendo poner a prueba nuestros modelos sobre cómo se forman y viajan estos objetos a través de la galaxia.
Crédito de la imagen: NASA / JPL / Caltech