30/10/2025
Hay que vaciarse para ver la verdad.
Vaciarse = olvidar el ego, pensamientos, deseos, aversiones, la idea de uno mismo...
La plenitud no puede recibir nada más, pero lo vacío lo contiene todo
Estamos condicionados por el Tian Ming (天命) literalmente el “Mandato del Cielo” o “Destino Celestial”: La programación que traemos al nacer. Este “destino” se manifiesta a través de:
Los 12 meridianos ordinarios, donde fluye el Qi (energía)
Los 8 Vasos Maravillosos (奇经八脉), contenedores del Yuan Qi, la memoria prenatal, ancestral y espiritual.
El Hun (魂), alma etérea que lleva el propósito, los sueños y la dirección del alma/espíritu. Es el vehículo de la visión interna.
Este “destino” está codificado en nosotros, en nuestro BaZi (carta natal), nuestros órganos, nuestras emociones, nuestros meridianos… Está inscrito en nuestro cuerpo.
Muchos buscan su “misión”, su “propósito”… Pero mi maestro me dijo algo más radical: “No hay misión. Hay que trascender incluso eso.”
💫 Pero…
No se puede transformar algo que no se conoce.
Así que antes de liberarme de mi “destino”, tengo que sentarme en silencio, observar sin juicio, vaciarme del ruido, y permitir que la Verdad de mi Ser se revele.
Y para lograr esto hay técnicas:
SENTARSE Y OLVIDAR, Zuo Wang 坐忘
Abandonar los pensamientos, la identidad, el cuerpo, las emociones y entrar en el estado original.
Entrar en una percepción pura de la existencia, sin juicios ni categorías.
Disolver el ego y las construcciones mentales, y ver el flujo natural tal y como es.
🧭 Práctica:
Se entra en quietud sin técnicas mentales.
Se deja ir todo. No se observa la respiración ni se repite ningún mantra.
Se permite que todo desaparezca… incluso “el que medita”.
Esta meditación se considera de nivel muy elevado, parecida al estado de sati o conciencia pura en Vipassana profunda. Y está siendo mi práctica habitual hace tiempo...
Conocer el Ming para liberarme de él, en esta y en toda vida 🔥