03/11/2025
Dolor cervical, lumbar y estenosis del canal
Jorge viene a consulta para probar, algunos amigos le han hablado de la terapia neural, realmente no entiende cómo funciona pero como él dice, hay que probar e intentarlo todo.
Es un hombre muy positivo y perseverante, punto importante, su actitud, no vaya a ser que se lleve la terapia neural todos los méritos.
Hace años tiene un accidente y le dan un choque por detrás, tiene una lumbalgia pasajera pero ahí empieza todo (más bien, ahí empiezan los síntomas porque “todo” empezó mucho antes).
Latigazo cervical, dolor muy intenso cervical, hombro, brazo, después se da cuenta que no puede respirar, que nadando no es capaz de controlar el aire.
Se le paraliza un diafragma, todo esto lo cuento muy resumido, (su historia de vida tiene mucha más información y matices que marcan el camino por el que vamos a ir pinchando, pero es para no aburriros demasiado).
Tarda un año y medio en recuperar, y desde entonces no vuelve a tener problema con su diafragma.
Tres años después del accidente vuelve el dolor cervical, no puede estar sentado mucho tiempo seguido y nota que le cuesta andar, lo hace, pero las piernas parece que no le van, le cuesta subir cuestas y estar de pie quieto.
Hacen pruebas, distintos diagnósticos, choque acetabular en caderas, artroscopias, infiltraciones…Un diagnóstico más, canal estrecho congénito, además de protusiones discales, compromiso de alguna ráiz…
Un canal estrecho “congénito”, es decir, que no es desde hace unos años que empiezan los síntomas, sin embargo hay un momento en que todo se descompensa, y aquello que había estado en silencio tantos años empieza a hacer aguas.
En la terapia neural a esto le llamamos el segundo golpe (en este caso un golpe literal) aquello que acaba por desbordar el sistema, que hasta entonces había sabido regularse y reequilibrarse…pero el problema de base ya estaba desde el inicio.
Tras la primera sesión me dice que el dolor ha cambiado, ya no le quema y no se irradia a las piernas, y menos calambres en las manos.
En la tercera sesión me cuenta que está de maravilla, que está pensando en volver a correr, no tiene síntomas, solo ayer algún calambre en las manos. Puede estar de pie y quieto.
Ha hecho en el medio de nuestras sesiones, consulta con Beatriz Vaqueiro, una profesional extraordinaria que desde la fisioterapia y la posturología lo ha tratado y él nota, tras cada sesión con ella, también como su cuerpo mejora
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