29/09/2025
Cuando compartes tu luz, algunos pueden sentirse pequeños, pero tu luz no los empequeñece, solo les recuerda que ellos también pueden brillar.
La envidia no es un ataque contra ti, sino un reflejo del dolor o la desconexión del otro.
Cuando tu brillo despierta incomodidad, no significa que debas ocultarte, significa que tu presencia es fuerte, expansiva y capaz de mover energías en quienes te rodean.
La envidia es una emoción que todos sentimos de manera consciente o incosncientemente. Sí nos quedamos en el juicio y la crítica no avanzamos. Si la acogemos como admiración, trabajamos para impulsarnos.
Cuando surge en los demás, es la prueba de que tu poder es real.
No te escondas, tu expansión no roba nada. Al contrario, abre camino para que otros también recuerden su propia luz.
Haz este ejercicio ⬇️
Coloca tus manos en el corazón y respira 3 veces.
Declara en voz alta: Mi luz no daña, mi luz inspira.
Visualiza tu brillo como un sol que no quema ni hiere, acaricia y despierta en otros la memoria de su propio sol.
Haz una acción en tu día desde esa certeza: comparte, crea, habla o actúa.
Tu tarea no es encogerte para que otros no sientan incomodidad, sino sostener tu brillo con amor 🙏💜
Comenta que tal ha sido el ejercicio para ti, para que los demás se animen a probarlo. ✨️