22/10/2025
Qué difícil es resumir esta idea en un post, pero voy a ello.
A menudo en consulta aparecen objetivos sacados de la comparación con redes sociales que tienen que ver con la productividad, los vínculos, el ejercicio, la disciplina o, incluso, el ocio.
Compararnos con lo que vemos en pantalla puede llevarnos a envidiar conductas que, aunque se presenten como “éxito”, son en realidad señales de malestar, cosas que por ejemplo en consulta señalariamos como síntoma o problema (dietas rígidas, compras compulsivas, rutinas sin descanso, hacer 7253 hobbies a la vez sin tiempo para pararse a mirar hacia dentro…).
🍀Si tú vieras a una amiga entrenar 4 horas al día, sin ser deportista profesional, probablemente te preocuparía.
🍀Si vieses a un amigo que no para ni un minuto y cada día tiene 200 planes, algo te llamaría la atención (no necesariamente para bien).
🍀Si alguien te dijera que no os podéis ver entre semana porque no entra en su calendario, seguramente pensarías que es una persona demasiado inflexible.
¿Por qué romantizas entonces ésto cuando aparece en redes?
Ahí está la cuestión:
A veces no envidias la salud, sino la disciplina extrema. No envidias el autocuidado, sino la obsesión. No envidias el bienestar, sino la fachada.
🌱 Mirar con más profundidad nos recuerda que la verdadera salud no se mide en fotos bonitas ni en constancia sin pausa, sino en cómo habitamos nuestra vida cotidiana: con flexibilidad, con calma, con espacio para lo imperfecto.
Seamos criticxs con lo que vemos en redes, fuera de contexto, sin saber nada de la persona o su salud física o mental más que lo que decide enseñarte.
❤️